Este jueves, 15 de julio, Ana Maritza Ramírez, periodista de la Red de Medios Alternativos y Populares (REMAP) fue amenazada de muerte en la ciudad de Popayán (Cauca) junto al también periodista Juan Carlos Muñoz, integrante de la Agencia de Comunicaciones Prensa Alternativa Cauca.
Las amenazas fueron proferidas a través de mensajes enviados por WhatsApp a sus teléfonos celulares, haciéndose extensivas a defensores y defensoras de Derechos Humanos, brigadistas de misiones médicas, líderes y lideresas comunitarias, y otras organizaciones sociales que participan de manera activa del Paro Nacional que inició el 28 de abril y que mantiene actividades organizativas de diversa índole en el país.
Los mensajes fueron enviados a las 10:25 de la noche, y en éstos advierten que tomarán represalias contra las primeras líneas que se movilizan hacia Bogotá y contra quienes participan del Paro Nacional, y específicamente contra las actividades de la gran marcha nacional del próximo 20 de julio.
En las amenazas advierten a todas las personas que “soldado avisado no muere en guerra”, y reiteran el ultimátum al decirles que deben cuidarse, ya que “por dárselas de salvadores, no vayan a salir crucificados”.
Estos hechos se dan a menos de dos meses que otra de nuestras periodistas fuera víctima de persecución por parte del régimen colombiano en la ciudad de Cali, siendo allanada su vivienda y secuestrados sus equipos periodísticos y de comunicación por la Fuerza Pública, en un intento de montaje judicial fallido contra nuestra compañera Sandra Castro que el 7 de mayo había sufrido un atentado mientras cubría el Paro Nacional en la capital del Valle.
Por estos hechos exigimos a los organismos del Estado se investigue el número celular 3135111453, desde el cual se ejecutaron las amenazas que evidencia un trabajo de inteligencia militar previo, en un contexto donde el terrorismo de Estado, en una estrategia conjunta de implementación y fortalecimiento del paramilitarismo urbano, se ha cobrado la vida de más de 70 manifestantes desde el 28 de abril.
Exigimos además se proteja la vida, la integridad tanto física como psicológica, de nuestra compañera periodista Ana Maritza Ramírez, y demás personas y organizaciones amenazadas. Del mismo modo llamamos a la comunidad internacional a que se pronuncie sobre estos hechos y que utilice todos los mecanismos posibles para salvaguardar la vida de quienes protestan en Colombia.
En las amenazas advierten a todas las personas que “soldado avisado no muere en guerra”, y reiteran el ultimátum al decirles que deben cuidarse, ya que “por dárselas de salvadores, no vayan a salir crucificados”.
Estos hechos se dan a menos de dos meses que otra de nuestras periodistas fuera víctima de persecución por parte del régimen colombiano en la ciudad de Cali, siendo allanada su vivienda y secuestrados sus equipos periodísticos y de comunicación por la Fuerza Pública, en un intento de montaje judicial fallido contra nuestra compañera Sandra Castro que el 7 de mayo había sufrido un atentado mientras cubría el Paro Nacional en la capital del Valle.
Por estos hechos exigimos a los organismos del Estado se investigue el número celular 3135111453, desde el cual se ejecutaron las amenazas que evidencia un trabajo de inteligencia militar previo, en un contexto donde el terrorismo de Estado, en una estrategia conjunta de implementación y fortalecimiento del paramilitarismo urbano, se ha cobrado la vida de más de 70 manifestantes desde el 28 de abril.
Exigimos además se proteja la vida, la integridad tanto física como psicológica, de nuestra compañera periodista Ana Maritza Ramírez, y demás personas y organizaciones amenazadas. Del mismo modo llamamos a la comunidad internacional a que se pronuncie sobre estos hechos y que utilice todos los mecanismos posibles para salvaguardar la vida de quienes protestan en Colombia.
Fuente: REMAP
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