Somos el partido más grande del conglomerado Apruebo Dignidad, muy bien, pero eso lo único que nos hace ver es que tenemos una gran responsabilidad” enfatizó el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier. Sobre el papel de los comunistas en el futuro gabinete de Gabriel Boric, dijo que es decisión del presidente electo “si estamos en el comité político o no estamos”. Sostuvo que “tenemos coincidencia con lo que dijo Boric de que su Gobierno va estar con los dos pies en la calle, muy relacionado con el movimiento social”.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 20/12/2021. ¿A qué atribuye el triunfo de Gabriel Boric, sobre todo con una distancia de 10 puntos sobre José Antonio Kast?
Hay varios elementos. Primero, que se logró convocar a votar por Boric a sectores que eran de otras fuerzas políticas, las bases de muchos partidos que no son de Apruebo Dignidad votaron por Boric. Algo muy importante es que se apeló a personas jóvenes que habían votado por el Apruebo (nueva Constitución) pero que no votaron en primera vuelta y se plegaron en la segunda vuelta manifestando que había que defender la democracia, una nueva Constitución y que había que avanzar en respuestas a las demandas sociales realizadas desde octubre de 2019, en la revuelta popular. La recuperación de terreno perdido en lugares como Antofagasta, que deja a las claras que la votación de (Franco) Parisi se volcó hacia Boric, no hacia Kast, y la votación en la Región Metropolitana que fue bastante grande y espectacular. Hubo votaciones muy buenas en comunas populares, por ejemplo Lo Espejo, donde Boric tuvo un 72%, otras como Pedro Aguirre Cerda con alta votación, El Bosque, Puente Alto, y la Región de Valparaíso puso lo suyo con alta votación para Boric. Se recuperó terreno en varias comunas donde en la primera vuelta había ganado Kast. También influyó que Gabriel Boric haya puntualizado muy bien los puntos clave del programa que va a llevar adelante. Otro factor es que hubo mucho desplazamiento en los territorios, en las redes sociales, y en la franja electoral se presentó muy bien el proyecto. Hay que destacar el hecho de que se haya reconformado el comando en la segunda vuelta, que se haya ampliado, hubo figuras que jugaron un papel muy importante, de todos los partidos, independientes, hubo un fortalecimiento de todo el trabajo que requiere una campaña electoral de esta naturaleza.
Tiene que ver con el hecho, además, de que Kast se equivocó rotundamente con su anticomunismo tan abusivo, reiterativo, y se equivocó sobre todo en aquello de que su misión era ganarle al comunismo, sin reparar que este no es un programa de los comunistas, sino que es de un colectivo, de varios partidos, de muchos profesionales, que se hizo con la gente. Eso fue un factor de la derrota de Kast. La gente se dio cuenta que esta campaña forma parte de una fórmula que tienen estos sectores para justificar su política y tropelías.
Pero no quieren echarlo de lado. Porque ahora hablan de que el Partido Comunista será una carga para el Gobierno de Boric, que será rígido, que es extremo. Repiten lo de la campaña.
El anticomunismo fue derrotado por el pueblo chileno. El que ganó fue el pueblo de Chile. Nosotros somos partícipes de ese triunfo, pero el pueblo es que el defendió la democracia y el proceso constituyente.
Ahora, nosotros los comunistas, lo hemos dicho y debe quedar claro, no vamos a jugar un papel hegemónico en el Gobierno de Boric. Somos el partido más grande del conglomerado Apruebo Dignidad, muy bien, pero eso lo único que nos hace ver es que tenemos una gran responsabilidad. El pueblo nos dio una responsabilidad, nos dotó de más votos, de más parlamentarios, nos permitió romper la exclusión en el Senado, tener más consejeros regionales, pero eso no quiere decir que vayamos a ser la fuerza hegemónica. Queremos actuar en un plano de igualdad con otras fuerzas. Si participamos en el gabinete (ministerial) lo queremos hacer igual que todos, no queremos tener privilegios, pero tampoco ser desmedrados. Es decir, tenemos los mismos derechos y queremos tener las mismas oportunidades.
En ese sentido, ¿qué diría en cuanto a que el PC debería estar en el comité político de La Moneda?
Esa es una decisión del presidente electo. Él dijo que antes del 25 de enero va a tener conformado el gabinete. Tendrá que verse, él tendrá que decidirlo. Boric dijo que será en conversación con los partidos -sin que los partidos le impongan la voluntad al presidente electo-, si va a hacer un gesto de conversar, será el momento de hacer nuestros planteamientos. Nosotros no hemos discutido lo que queremos en el gabinete. Lo que nos interesa es estar en condiciones de cumplir en los lugares donde mejor podamos contribuir al cumplimiento del programa y las demandas de la ciudadanía. Entonces, esta pregunta solo la puede responder el presidente electo, si estamos en el comité político o no estamos, o en qué cargos del Gobierno.
Bueno, a ver si tenemos oportunidad de preguntárselo. En la era pos dictatorial, esta es la segunda vez que el Partido Comunista está en un conglomerado que gana la elección presidencial. ¿Qué significación y proyección tiene para el PC?
Hemos sido constantes en promover reformas profundas, en lucha por la democracia, en dejar atrás la Constitución de la dictadura, en promover los derechos de los trabajadores y de la gente. Por eso entramos al Gobierno de Michelle Bachelet, creo que se nos reconoce por eso, por esos objetivos, algunas reformas llegaron a su término, otras no. Antes del Gobierno de Bachelet no teníamos mayor experiencia, porque quienes estuvieron en el Gobierno de (Salvador) Allende ya no estaban o no tenían condiciones de integrarse, estábamos en una situación de menor capacidad que ahora en cuanto a cuadros, de experiencia, teníamos menos fuerza, menos parlamentarios, menos votación. Ahora el cuadro cambió. Nos sirvió mucho la experiencia del Gobierno de Michelle Bachelet con todos sus aciertos y errores, y eso nos da hoy una mayor capacidad para ser más contributivos en este de Boric.
Ahora, siempre consideramos esto como parte de un proceso donde se conjugan muchos factores, muchos fenómenos que se van concatenando a través del tiempo, estuvieron las luchas estudiantiles, las largas luchas laborales, los procesos electorales, el estallido social, y cada vez se avanza más en perfeccionar la democracia, la participación. Esperemos que este Gobierno signifique un avance mayor, en varias direcciones, lo esperamos sinceramente. Las medidas que están propuestas como principales, esperamos que se cumplan en este corto tiempo que son cuatro años.
Precisamente en cuanto a la participación, ¿cómo ve el PC la forma en que tendrá que expresarse el movimiento social en esos cuatro años?
Tenemos bastante coincidencia con lo que dijo Gabriel Boric en su discurso de la noche del triunfo, que su Gobierno va estar con los dos pies en la calle, es decir, muy relacionado con el movimiento social, conversando con el movimiento social. Estamos absolutamente de acuerdo con eso y con tener el aporte y el apoyo del mundo social. Eso es vital.
Hoy es imposible hablar de la ex Concertación. La Democracia Cristiana parece que será oposición a Boric, el Partido Socialista quiere colaborar, ¿cómo ve la posibilidad de integración de esos partidos al futuro Gobierno?
Mira, nos convocó el presidente electo a las presidentas y presidentes de partidos políticos de Apruebo Dignidad y de los otros partidos que contribuyeron en el triunfo de Boric y a la derrota de Kast.
¿Conversaron el domingo al atardecer?
Si, el domingo en la tarde. Gabriel Boric agradeció a los partidos de Apruebo Dignidad, a todos los otros partidos, el aporte a su triunfo, y fue muy claro en manifestar que él iba a recabar la contribución, la opinión y la colaboración de todos los que quisieran trabajar para cumplir con el programa y con las medias propuestas. Teniendo claro, dijo, que el domicilio de este Gobierno es Apruebo Dignidad. Sin embargo, desde allí, se puede buscar ampliar esa base de apoyo o de acumulación de fuerza para llevar adelante los cambios.
Él no habló de integrar a otros partidos al conglomerado, dijo sí que estaba dispuesto a trabajar con los partidos institucionalmente. Él dijo que “soy militante de partido, respeto a los partidos, quiero que se desarrollen”, y dentro de eso planteó el trabajar también con personas independientes. Así que creo que todavía no está claro de parte del presidente electo cómo nombra el gabinete.
En Apruebo Dignidad, antes de la campaña, durante la campaña y quizá durante el Gobierno, hubo y habrá diferencias entre los partidos. ¿Cómo administrarlas?
Bueno, administrándolas…
Porque van a surgir.
Es que no tenemos otra posibilidad.
Mira, en un sistema como éste, siempre tendrá preponderancia el Presidente de la República. Indudablemente existirán opiniones diferentes, sin que signifique atentar contra el Gobierno. Todos los partidos deberemos ser cuidadosos, y será necesario un diálogo permanente. Creo que vamos a estar tan ocupados en el cumplimiento del programa y el trabajo del Gobierno y en el Parlamento, que no van a surgir tantas diferencias que, además, son normales.
Se va a requerir mucha habilidad y conversación a nivel parlamentario.
Indudablemente. Porque hay un empate en el Senado, aunque tenemos una mayoría con cierta holgura en la Cámara de Diputadas y Diputados, podríamos hasta alcanzar los tres quinto, pero hay reformas constitucionales que quizá no se podrán hacer si no tenemos los dos tercios. Hay leyes de carácter simple, como la reforma tributaria, que es muy importante, y hay posibilidades de aprobarla si se conversa bien. Ahí se necesitaría del apoyo de las organizaciones sociales, sindicales, de todos quienes quieren llevar adelante los cambios.
Se habla de llegar a acuerdos, tender puentes. Pero salta el fantasma de la “política de los consensos” implementada durante la transición, y que incluía a la derecha.
Es que depende para qué es el consenso. Porque si es para hacer las cosas “en la medida de lo posible”, no creo. Pero si hay un consenso para llevar adelante una reforma, sin que eso haya significado hacerlo “en la cocina”, estará bien. La palabra consenso no es mala en sí misma. Es en relación a qué se dan los consensos, puedo tener un consenso en el Partido Comunista y no es malo, el consenso es para avanzar. Pero si es para detener los cambios, eso no es positivo. No son esos consensos con la derecha, donde las cosas quedaban más o menos igual.
¿Ustedes van a estar atentos, alertas a lo que podrán hacer las fuerzas de derecha y segmentos de ultraderecha durante el Gobierno de Boric?
Se nota que ya hay fisuras en la derecha. Por ejemplo, veo que hay varios que no quieren que Kast forme parte de Chile Vamos, que tampoco él vaya a tener el liderazgo en la derecha, hay personas como el senador (Manuel José) Ossandón que dijo que él está dispuesto a participar en procesos pre legislativos para dar la posibilidad de aprobar algunos proyectos de ley del futuro Gobierno. Hay la posibilidad que ante algunas leyes, se pueda contar con el voto de una derecha menos extremista. Creo que ese sector de extrema derecha, por las declaraciones iniciales de gente como Rojo Edwards, va a seguir con su anticomunismo, tratarán de seguir usando el anticomunismo de la peor forma. Sin embargo, ese anticomunismo ominoso será derrotado y la esperanza y expectativas del pueblo se impondrán.
Fuente: El Siglo
Hay varios elementos. Primero, que se logró convocar a votar por Boric a sectores que eran de otras fuerzas políticas, las bases de muchos partidos que no son de Apruebo Dignidad votaron por Boric. Algo muy importante es que se apeló a personas jóvenes que habían votado por el Apruebo (nueva Constitución) pero que no votaron en primera vuelta y se plegaron en la segunda vuelta manifestando que había que defender la democracia, una nueva Constitución y que había que avanzar en respuestas a las demandas sociales realizadas desde octubre de 2019, en la revuelta popular. La recuperación de terreno perdido en lugares como Antofagasta, que deja a las claras que la votación de (Franco) Parisi se volcó hacia Boric, no hacia Kast, y la votación en la Región Metropolitana que fue bastante grande y espectacular. Hubo votaciones muy buenas en comunas populares, por ejemplo Lo Espejo, donde Boric tuvo un 72%, otras como Pedro Aguirre Cerda con alta votación, El Bosque, Puente Alto, y la Región de Valparaíso puso lo suyo con alta votación para Boric. Se recuperó terreno en varias comunas donde en la primera vuelta había ganado Kast. También influyó que Gabriel Boric haya puntualizado muy bien los puntos clave del programa que va a llevar adelante. Otro factor es que hubo mucho desplazamiento en los territorios, en las redes sociales, y en la franja electoral se presentó muy bien el proyecto. Hay que destacar el hecho de que se haya reconformado el comando en la segunda vuelta, que se haya ampliado, hubo figuras que jugaron un papel muy importante, de todos los partidos, independientes, hubo un fortalecimiento de todo el trabajo que requiere una campaña electoral de esta naturaleza.
Tiene que ver con el hecho, además, de que Kast se equivocó rotundamente con su anticomunismo tan abusivo, reiterativo, y se equivocó sobre todo en aquello de que su misión era ganarle al comunismo, sin reparar que este no es un programa de los comunistas, sino que es de un colectivo, de varios partidos, de muchos profesionales, que se hizo con la gente. Eso fue un factor de la derrota de Kast. La gente se dio cuenta que esta campaña forma parte de una fórmula que tienen estos sectores para justificar su política y tropelías.
Pero no quieren echarlo de lado. Porque ahora hablan de que el Partido Comunista será una carga para el Gobierno de Boric, que será rígido, que es extremo. Repiten lo de la campaña.
El anticomunismo fue derrotado por el pueblo chileno. El que ganó fue el pueblo de Chile. Nosotros somos partícipes de ese triunfo, pero el pueblo es que el defendió la democracia y el proceso constituyente.
Ahora, nosotros los comunistas, lo hemos dicho y debe quedar claro, no vamos a jugar un papel hegemónico en el Gobierno de Boric. Somos el partido más grande del conglomerado Apruebo Dignidad, muy bien, pero eso lo único que nos hace ver es que tenemos una gran responsabilidad. El pueblo nos dio una responsabilidad, nos dotó de más votos, de más parlamentarios, nos permitió romper la exclusión en el Senado, tener más consejeros regionales, pero eso no quiere decir que vayamos a ser la fuerza hegemónica. Queremos actuar en un plano de igualdad con otras fuerzas. Si participamos en el gabinete (ministerial) lo queremos hacer igual que todos, no queremos tener privilegios, pero tampoco ser desmedrados. Es decir, tenemos los mismos derechos y queremos tener las mismas oportunidades.
En ese sentido, ¿qué diría en cuanto a que el PC debería estar en el comité político de La Moneda?
Esa es una decisión del presidente electo. Él dijo que antes del 25 de enero va a tener conformado el gabinete. Tendrá que verse, él tendrá que decidirlo. Boric dijo que será en conversación con los partidos -sin que los partidos le impongan la voluntad al presidente electo-, si va a hacer un gesto de conversar, será el momento de hacer nuestros planteamientos. Nosotros no hemos discutido lo que queremos en el gabinete. Lo que nos interesa es estar en condiciones de cumplir en los lugares donde mejor podamos contribuir al cumplimiento del programa y las demandas de la ciudadanía. Entonces, esta pregunta solo la puede responder el presidente electo, si estamos en el comité político o no estamos, o en qué cargos del Gobierno.
Bueno, a ver si tenemos oportunidad de preguntárselo. En la era pos dictatorial, esta es la segunda vez que el Partido Comunista está en un conglomerado que gana la elección presidencial. ¿Qué significación y proyección tiene para el PC?
Hemos sido constantes en promover reformas profundas, en lucha por la democracia, en dejar atrás la Constitución de la dictadura, en promover los derechos de los trabajadores y de la gente. Por eso entramos al Gobierno de Michelle Bachelet, creo que se nos reconoce por eso, por esos objetivos, algunas reformas llegaron a su término, otras no. Antes del Gobierno de Bachelet no teníamos mayor experiencia, porque quienes estuvieron en el Gobierno de (Salvador) Allende ya no estaban o no tenían condiciones de integrarse, estábamos en una situación de menor capacidad que ahora en cuanto a cuadros, de experiencia, teníamos menos fuerza, menos parlamentarios, menos votación. Ahora el cuadro cambió. Nos sirvió mucho la experiencia del Gobierno de Michelle Bachelet con todos sus aciertos y errores, y eso nos da hoy una mayor capacidad para ser más contributivos en este de Boric.
Ahora, siempre consideramos esto como parte de un proceso donde se conjugan muchos factores, muchos fenómenos que se van concatenando a través del tiempo, estuvieron las luchas estudiantiles, las largas luchas laborales, los procesos electorales, el estallido social, y cada vez se avanza más en perfeccionar la democracia, la participación. Esperemos que este Gobierno signifique un avance mayor, en varias direcciones, lo esperamos sinceramente. Las medidas que están propuestas como principales, esperamos que se cumplan en este corto tiempo que son cuatro años.
Precisamente en cuanto a la participación, ¿cómo ve el PC la forma en que tendrá que expresarse el movimiento social en esos cuatro años?
Tenemos bastante coincidencia con lo que dijo Gabriel Boric en su discurso de la noche del triunfo, que su Gobierno va estar con los dos pies en la calle, es decir, muy relacionado con el movimiento social, conversando con el movimiento social. Estamos absolutamente de acuerdo con eso y con tener el aporte y el apoyo del mundo social. Eso es vital.
Hoy es imposible hablar de la ex Concertación. La Democracia Cristiana parece que será oposición a Boric, el Partido Socialista quiere colaborar, ¿cómo ve la posibilidad de integración de esos partidos al futuro Gobierno?
Mira, nos convocó el presidente electo a las presidentas y presidentes de partidos políticos de Apruebo Dignidad y de los otros partidos que contribuyeron en el triunfo de Boric y a la derrota de Kast.
¿Conversaron el domingo al atardecer?
Si, el domingo en la tarde. Gabriel Boric agradeció a los partidos de Apruebo Dignidad, a todos los otros partidos, el aporte a su triunfo, y fue muy claro en manifestar que él iba a recabar la contribución, la opinión y la colaboración de todos los que quisieran trabajar para cumplir con el programa y con las medias propuestas. Teniendo claro, dijo, que el domicilio de este Gobierno es Apruebo Dignidad. Sin embargo, desde allí, se puede buscar ampliar esa base de apoyo o de acumulación de fuerza para llevar adelante los cambios.
Él no habló de integrar a otros partidos al conglomerado, dijo sí que estaba dispuesto a trabajar con los partidos institucionalmente. Él dijo que “soy militante de partido, respeto a los partidos, quiero que se desarrollen”, y dentro de eso planteó el trabajar también con personas independientes. Así que creo que todavía no está claro de parte del presidente electo cómo nombra el gabinete.
En Apruebo Dignidad, antes de la campaña, durante la campaña y quizá durante el Gobierno, hubo y habrá diferencias entre los partidos. ¿Cómo administrarlas?
Bueno, administrándolas…
Porque van a surgir.
Es que no tenemos otra posibilidad.
Mira, en un sistema como éste, siempre tendrá preponderancia el Presidente de la República. Indudablemente existirán opiniones diferentes, sin que signifique atentar contra el Gobierno. Todos los partidos deberemos ser cuidadosos, y será necesario un diálogo permanente. Creo que vamos a estar tan ocupados en el cumplimiento del programa y el trabajo del Gobierno y en el Parlamento, que no van a surgir tantas diferencias que, además, son normales.
Se va a requerir mucha habilidad y conversación a nivel parlamentario.
Indudablemente. Porque hay un empate en el Senado, aunque tenemos una mayoría con cierta holgura en la Cámara de Diputadas y Diputados, podríamos hasta alcanzar los tres quinto, pero hay reformas constitucionales que quizá no se podrán hacer si no tenemos los dos tercios. Hay leyes de carácter simple, como la reforma tributaria, que es muy importante, y hay posibilidades de aprobarla si se conversa bien. Ahí se necesitaría del apoyo de las organizaciones sociales, sindicales, de todos quienes quieren llevar adelante los cambios.
Se habla de llegar a acuerdos, tender puentes. Pero salta el fantasma de la “política de los consensos” implementada durante la transición, y que incluía a la derecha.
Es que depende para qué es el consenso. Porque si es para hacer las cosas “en la medida de lo posible”, no creo. Pero si hay un consenso para llevar adelante una reforma, sin que eso haya significado hacerlo “en la cocina”, estará bien. La palabra consenso no es mala en sí misma. Es en relación a qué se dan los consensos, puedo tener un consenso en el Partido Comunista y no es malo, el consenso es para avanzar. Pero si es para detener los cambios, eso no es positivo. No son esos consensos con la derecha, donde las cosas quedaban más o menos igual.
¿Ustedes van a estar atentos, alertas a lo que podrán hacer las fuerzas de derecha y segmentos de ultraderecha durante el Gobierno de Boric?
Se nota que ya hay fisuras en la derecha. Por ejemplo, veo que hay varios que no quieren que Kast forme parte de Chile Vamos, que tampoco él vaya a tener el liderazgo en la derecha, hay personas como el senador (Manuel José) Ossandón que dijo que él está dispuesto a participar en procesos pre legislativos para dar la posibilidad de aprobar algunos proyectos de ley del futuro Gobierno. Hay la posibilidad que ante algunas leyes, se pueda contar con el voto de una derecha menos extremista. Creo que ese sector de extrema derecha, por las declaraciones iniciales de gente como Rojo Edwards, va a seguir con su anticomunismo, tratarán de seguir usando el anticomunismo de la peor forma. Sin embargo, ese anticomunismo ominoso será derrotado y la esperanza y expectativas del pueblo se impondrán.
Fuente: El Siglo
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