Por Luis Alfonso Mena S.
Aunque los medios de comunicación del régimen voltearon habilidosamente el enfoque de los resultados de las elecciones del domingo 29 de mayo para favorecer a Rodolfo Hernández, el imputado por corrupción exalcalde de Bucaramanga, y mostrarlo como “el gran fenómeno político”, la verdad es que Gustavo Petro y Francia Márquez fueron los ganadores indiscutibles de la primera vuelta de la campaña presidencial, y siguen a paso de vencedores camino al 19 de junio.
Lo sucedido constituye un triunfo del campo alternativo, popular y progresista, al obtener la más alta votación de todos los candidatos en primera vuelta, algo inédito en la historia nacional para una coalición de izquierdas, y significa el paso inicial para el triunfo final, el 19 de junio, en la segunda ronda presidencial.
Un total de 8.541.617 votos por los aspirantes del Pacto Histórico así lo certifican, con una ventaja de 2.576.282 papeletas sobre el segundo, Rodolfo Hernández (quien obtuvo 5.965.335), y de 3.472.169 sobre el candidato oficial del régimen, Federico Gutiérrez (quien alcanzó 5.069.448 votos).
La participación electoral de Sergio Fajardo, del denominado Centro Esperanza, fue de exiguos 885.268 papeletas electorales, en tanto que los candidatos de extrema derecha obtuvieron votaciones aún más insignificantes: 271.372, el pastor Milton Rodríguez, y 48.685, el conservador Enrique Gómez.
La presentación que da la mayoría de los medios masivos hegemónicos a los resultados, situando a Hernández como “el ganador”, refleja el giro manipulador que todo el andamiaje del establecimiento propicia para, una vez desinflado su candidato oficial, Federico Gutiérrez, orientar ahora todas sus baterías en favor del nuevo preferido del régimen, otro candidato del establishment uribista, como se ha demostrado.
Pero una encuesta conocida el viernes 3 de junio en la noche, realizada por el Centro Nacional de Consultoría para la revista Semana, ya daba de nuevo ganador a Petro, con el 44,9% de las preferencias, frente a un 41% de Hernández.
Curiosamente, la matriz mediática lo identifica ahora como “anti establecimiento”, aunque en realidad no lo es, pues durante la mayor parte de su vida, de 77 años, ha sido una tuerca más de la maquinaria del sistema socioeconómico y político imperantes.
LAVÁNDOLE LA IMAGEN AL IMPUTADO
Hernández se encuentra llamado a juicio, imputado de cargos, por un caso de corrupción administrativa cuando fue alcalde de Bucaramanga, en la contratación multimillonaria con la firma Vitalogic para la recolección y disposición de basuras, que quiso imponer a dedo y con maniobras fraudulentas para favorecer con una coima de un millón y medio de dólares a uno de sus tres hijos, como ha sido documentado hasta la saciedad jurídica y periodísticamente.
El valor total del escandaloso contrato era de 650.000 millones de pesos, a 30 años, es decir, a largo plazo, como le gustan los negocios a Hernández.
Pero como de lo que se trata es de frenar la opción de cambio verdadero, representada por Petro y Francia, los medios de comunicación tradicionales corren a tratar de apuntalar al candidato reciclado del sistema, y a producir no solo propaganda lavadora de imagen sino encuestas amañadas, con las firmas propiedad de los mismos dueños del poder económico en Colombia.
Así, por ejemplo, apenas a dos días de los comicios, en horas de la noche del martes 31 de mayo, el noticiero CM& presentó una encuesta realizada en solo 43 municipios, que no menciona, de los 1.103 existentes en Colombia, y en ella ya ponen a ganar a su nuevo alfil, Hernández, con el 41%, frente a un supuesto 39% de Petro.
Mientras la guerra mediática, la propaganda sucia, las encuestas manipuladoras y la ‘lawfare’ (guerra jurídica) se acentúan contra Petro y Francia, de manera paralela se rumoran toda clase de maniobras seudojurídicas para salvar de la cárcel a Hernández y ayudarlo a salir indemne del proceso por su presunta responsabilidad penal en el caso Vitalogic.
Así, el candidato que se presenta con la bandera de la “anticorrupción” es, paradójicamente juzgado por corrupción, y con las maniobras que se rumoran quedaría en manos de los dueños del régimen para dar rienda suelta a la continuidad del poder de la oligarquía uribista, rechazada de manera multitudinaria por el pueblo colombiano en los comicios del 29 de mayo.
Otro caso de corrupción, denunciado por valerosos veedores de la comunidad bumanguesa, es el de haber montado una nómina paralela cuando fue alcalde para pagar los empleados de su empresa personal con sueldos de la Administración Pública.
En pocas semanas Hernández irá a juicio y estas denuncias no pueden pasar de soslayo ni ocultadas ahora que los partidos del régimen de Duque fueron derrotados y llegan a tender la manta de la impunidad.
Por el contrario, deben ser reveladas para que la comunidad entienda el error en el que incurriría si piensa elegir a un individuo como el exalcalde de Bucaramanga.
Hernández hace parte de ese grupo de políticos septuagenarios y octogenarios populistas de derecha, truhanes autoritarios al estilo Donald Trump (EE. UU.), Jair Bolsonaro (Brasil), Rodrigo Duterte (Filipinas), Silvio Berlusconi (Italia), y, para no ir muy lejos, de Alberto Fujimori (Perú), Abdalá Bucarán (Ecuador) y Álvaro Uribe.
Estos personajes tienen en común el uso de mensajes efectistas, simplistas, demagógicos, autoritarios y faranduleros, destinados a públicos masivos en los que explotan la falta de formación política, lo cual los convierte en presa fácil de sus ambiciones individuales y neoliberales.
Además de corrupto, Hernández es un elemento violento, maltratador e intolerante, que vitupera a madrazos a sus colaboradores y contradictores, los agrede físicamente y les ofrece bala. Los ejemplos son múltiples y circulan de manera profusa en redes.
Hernández es una persona sin preparación en asuntos básicos para cualquier persona que aspire a gobernar un país, que admite que no sabe nada derecho, que desconoce la geografía de Colombia y hasta cuáles son sus departamentos y capitales, y que de esta forma se convertiría en un títere de las élites, en el caso, lejano, de que llegara a ser elegido presidente.
Su misoginia es reconocida, pues sin sonrojarse considera que el lugar de las mujeres es la cocina y la crianza de los hijos únicamente, y se arropa para ello en actitudes patriarcales propis del conservadurismo machista y ramplón imperantes aún en el país.
Este oscuro personaje se hizo tristemente célebre por una frase con la que se declaró “admirador del pensador alemán Adolfo Hitler”, según dijo, frase que después intentó corregir, seguramente por la alarma que generó entre la gente medianamente informada tal afirmación en favor del peor genocida de la historia de la humanidad.
Pero ello no es gratuito, desde mi punto de vista, pues la ignorancia se tapa con autoritarismo y con propuestas dictatoriales, como lo demuestra el hecho de que ahora, al no tener bancada en el Congreso, Hernández anuncia que empezaría gobernando con base en un estado de conmoción interior (estado de sitio) y despidos masivos de funcionarios del Estado en Colombia y en el exterior: sus ínfulas de tirano muestran los colmillos.
Claro, no puede esperarse más de un individuo que en el cúmulo de sus ignorancias, dice alegremente que no sabe de política exterior, como Bolsonaro decía en Brasil que no sabía de economía.
Para concluir la serie de aberraciones en la campaña de Hernández, han salido a flote sus dotes de plagiador, y entre las copias que más han llamado la atención figura la que hizo de las ideas y el programa de Gustavo Petro, al ver la enorme aceptación de sus propuestas entre los jóvenes, y de las iniciativas del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, las cuales ha repetido textuales en varias intervenciones. Patético.
Como empresario de urbanizaciones y poseedor de grandes extensiones de tierras, Hernández confesó cínicamente que para él es “una delicia” mantener a “unos hombrecitos” (como se refiere a la gente humilde) pagándole intereses por las casas que les vende, esclavizados a lo largo de quince años que duran las miles de hipotecas a su favor.
Así, con esa explotación inmisericorde de la pobreza y de los pobres, es que ha fraguado su inmensa fortuna, que él mismo confiesa de más de cien millones de dólares.
Igualmente, Federico Gutiérrez en su discurso de la derrota, en la noche del 29 de mayo, adhirió a Hernández y lo felicitó, olvidándose, sin sonrojo ni vergüenza, de los señalamientos que días atrás le había formulado al ex alcalde de Bucaramanga, a quien tildó de ultra corrupto, pues se encuentra imputado por la presunta comisión del delito de celebración indebida de contratos cuando se desempeñaba como burgomaestre de la capital de Santander.
Así son los representantes de las facciones presentes en el espectro político de la derecha colombiana: pelean como comadres en principio, pero cuando su poder se ve amenazado por fuerzas alternativas, corren a unirse, sin pudor ni ambages.
Poco a poco seguirán llegando los portavoces de los partidos del régimen a la campaña de Hernández, convertido desde el domingo mismo en el candidato del uribismo
Toda la bancada uribista en el Congreso, los terratenientes y ganaderos de Fedegan, los jefes de los partidos del sistema, empezando por el Conservador, siguen sumándose a Hernández quien, a diferencia de lo que quieren mostrar en su campaña, quedó como el candidato de los enemigos de la paz y del viejo establecimiento que fue repudiado por la mayoría del pueblo el 29 de mayo.
De acuerdo con denuncia de Noticias Uno, en la misma noche del 29 de mayo el ministro del Interior de Duque se reunió subrepticiamente, en un hotel del norte de Bogotá, con el derrotado Federico y dos presuntos emisarios de Hernández, además de la Canciller, Martha Lucía Ramírez.
¿De qué hablaron y qué tramaban? Lo más seguro es que se hallaban pactando ya la alianza del régimen con su nuevo candidato, ante el fracaso estruendoso de la candidatura del mediocre Gutiérrez, que es también, ni más ni menos, que una derrota del uribismo en el poder.
El Exalcalde de Bucaramanga es un mentiroso compulsivo, todo lo que no le conviene lo niega, y así ha logrado engañar a muchos, como a varios jóvenes que estuvieron vinculados a su movimiento y aceptaron hacer aportes desde $150 millones exigidos por Hernández, en listas al Congreso que finalmente el mismo Hernández abortó.
Recientemente se conocieron testimonios de líderes del movimiento Gente Nueva en ese sentido, y de otros que documentan los fenómenos de irregularidades administrativas ya revelados.
Pero otros del Centro Esperanza como lo era JoPe se mostraron dispuestos a subirse al bus del imputado. Nos referimos a los tibios derrotados Sergio Fajardo, Jorge Robledo, Carlos Amaya y Juan Fernando Cristo, quienes también se apresuraron a acercarse a Hernández, desconociendo todas las denuncias formuladas en su contra.
Lo hicieron con la intención de colonizar su campaña, en una actitud de ramplón oportunismo, con el cuento de “mejorarle” el programa a Hernández. Se arrodillaron ante él y su jefe de publicidad, Ángel Beccassino, creyendo que, habiendo perdido, ahora podían ser gobierno.
Sin embargo, al momento de publicar este análisis se estaban llevando su bofetada, como acostumbra el nazi Hernández, quien le envió al cuartero un mensaje diciéndoles que los derrotados no le iban a imponer programa...
Ahí tienen: el candidato de la corrupción está envalentonado, se cree ganador, desafía a todos, insulta periodistas, está enloquecido, humillando y perdiendo adeptos todos los días.
Pero eso no significa que los cinco millones de votos de Gutiérrez ni los casi novecientos mil de Fajardo se transfieran inmediatamente a Hernández. En segunda vuelta eso no funciona así, esta sumatoria mecánica es una falacia.
Ahora, sin derrotismo, porque no hay motivos para ello, corresponde redoblar esfuerzos para consolidar lo alcanzado en primera vuelta, pues en la segunda ronda el triunfo de Petro y Francia es inexorable. Entre otras razones, porque el único cambio de verdad en las circunstancias actuales sólo se puede materializar con ellos.
Grandes retos tienen por delante el Pacto Histórico y el Frente Amplio integrado con otras fuerzas para derrotar la manguala del régimen.
Están dadas las condiciones para refrendar en segunda vuelta el triunfo sin antecedentes alcanzado el 29 de mayo.
La lucha política e ideológica está a la orden del día, para crear conciencia en vastos sectores poblacionales por el hecho evidente de que el cambio lo representa genuinamente Petro, no Hernández.
“La corrupción no se combate con frases de Tic Tok, porque es un régimen de corrupción el que enfrentamos, combatiendo el cual hemos arriesgado nuestra propia vida”, dijo Petro en su excelente intervención del triunfo el 29 de mayo en la noche.
“Mi contradictor está imputado de corrupción. ¿Eso es lo que queremos?", agregó Petro, en su emotiva intervención. “No demos un salto al suicidio. Estamos a un millón de votos más de ganar. Cambiamos a Colombia. Hay que buscar ese millón de votos más”.
No hay ninguna comparación entre un intelectual con la sabiduría, la altura y la cultura de Petro, y un fantoche, corrupto y violento neonazi, como Hernánez. El pueblo debe decidir qué quiere, si el cambio de verdad, u otro uribista disfrazado en el poder, que representa más de lo mismo, y peor.
De igual manera, se unieron a la campaña por el Cambio, el Partido Alianza Social Independiente, ASI, que avaló la candidatura presidencial de Fajardo; Mabel Lara y otros dirigentes del Nuevo Liberalismo; el actual senador Antonio Sanguino de la Alianza Verde, lo mismo que el senador electo Ariel Ávila y una gran cantidad de activistas sociales, concejales, diputados y congresistas vinculados a Centro Esperanza.
José Ritter López Peña, senador palmirano del Partido de la U también se sumó a Petro y Francia, al igual que Alejandro Gaviria, exrector de la Universidad de los Andes y precandidato presidencial, quien dijo que los candidatos del Pacto Histórico tienen las fórmulas más serias para el país.
El viernes se produjo la muy significativa adhesión del exsenador Antanas Mockus, quien en una carta sostuvo que su respaldo a Petro obedece a que considera que con él y Francia se garantizan el respeto a las libertades y los derechos sociales.
En las universidades del Valle, Industrial de Santander y Nacional, entre otras, se vienen realizando asambleas estudiantiles muy concurridas en las que se trazan tareas para ir a las comunas, los barrios y las calles a acercar la votación popular por el Cambio.
Este último es un hecho inédito en la historia del movimiento estudiantil, pues persisten las diferencias en las posiciones políticas, pero se produce un ejercicio mayoritario en respaldo a una candidatura presidencial.
El hecho de que Hernández constituya una amenaza para la Universidad estatal, por sus posturas neoliberales, y de que, en contraposición Petro garantice la educación pública a todos los niveles, de calidad y gratuita, ha ganado enorme audiencia entre la juventud, y es lo que lleva a la muchachada a respaldar sus campañas, desde centros de enseñanza superior públicos y privados.
En ese nuevo aire juvenil es síntoma del refuerzo requerido para llegar a muchos más sectores, con el fin de consolidar en los 15 días que quedan para el 19 de junio la victoria definitiva.
El cuarto de hora del candidato imputado toca a su fin, a pesar del helio que le inyectan los medios de comunicación y las encuestadoras del régimen, y el Pacto Histórico retoma la ofensiva, camino a la Casa de Nariño.
Cali, viernes 3 de junio de 2022.
PERIODISMO LIBRE
Imágenes.-
En la primera, celebración del triunfo en la jornada de la primera vuelta. (Foto tomada de transmisión en YouTube).
En la segunda, Rodolfo Hernández con Álvaro Uribe, años atrás. (Foto tomada de redes sociales).
En la tercera, caricatura de Matador.
En la cuarta, fotocomposición de Hernández con miembros de los partidos del sistema político hegemónico. (Tomada de redes sociales).
En la quinta, reunión del grupo de Sergio Fajardo con Hernández, en Bogotá. (Foto tomada de redes sociales).
En la sexta, adhesión de Mabel Lara y otras lideresas del Nuevo Liberalismo. (Foto tomada de transmisión de Tercer Canal por Youtube).
En la séptima, Gustavo Petro y Antanas Mockus. (Foto tomada del Twitter de Gustavo Petro).
En la octava, Gustavo Petro, con Kellyth Garcés, la trabajadora humillada por un uribista en Medellín. (Foto tomada del Twitter de Gustavo Petro).
En la novena, Petro con su familia. (Foto tomada de redes sociales).
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