jueves, 16 de septiembre de 2021

Denuncian reinicio de actividades mineras alrededor del arroyo Bruno

 


Por El Heraldo

Comunidades indígenas wayuu que habitan en la parte media y alta del arroyo Bruno, en zona rural del municipio de Albania, advirtieron sobre  la reanudación e intensificación de actividades mineras muy cerca al tajo La Puente por parte de  Cerrejón.



Así lo denunciaron representantes del Centro de Investigación y Educación Popular CINEP/PPP, de CENSAT y del Colectivo de Abogados CAJAR, luego de una visita que realizaron a la zona.

“Esta avanzada de la empresa tienen en estado de alarma a las comunidades vecinas, dado que en el numeral noveno de la sentencia SU-698 de 2017, la Corte Constitucional ordenó mantener la suspensión de las obras mineras asociadas al avance del “Tajo minero La Puente” hasta tanto se realice un estudio que evalúe los impactos sociales, ambientales y culturales que acarrean los planes de destrucción del cauce natural del arroyo para ampliar la frontera extractiva”, indicaron en un comunicado.

Precisan que en el recorrido se constató que la empresa viene desarrollando aceleradamente trabajos mineros en la zona nororiental que limita con la parte media del cauce natural del arroyo Bruno.

Según los testimonios de las comunidades, se estaría realizando una ampliación del tajo La Puente hacia la comunidad de El Rocío y estaría a unos 150 o 200 metros del arroyo Bruno.

“El arroyo comenzaría a secarse aún más y nosotros tendríamos que ver un arroyo seco y muerto, la empresa tendría que decir que es seco y comenzaría a sacar no solo desde donde hizo la modificación sino desde más arriba… ¿Qué tendríamos que hacer o qué debemos hacer? Despertar, porque el carbón no lo es todo, el agua sí es vida, donde hay agua hay vida, donde hay carbón en La Guajira es pobreza, hambre y hasta muerte”,  afirma un líder de la comunidad.


Las organizaciones denunciantes indican que en la visita se evidenció que se están vertiendo al cauce natural aguas que la comunidad califica como tóxicas, la cuales salen de las lagunas de las obras mineras al cauce natural del arroyo del que se abastecen diversas comunidades de la zona, animales y vegetación.

“Recibimos también denuncias respecto a que esta reciente actividad ha producido alteraciones en la dinámica de la fuente hídrica, presencia de especies invasoras como caracoles, capas de espuma blanca que representan una disminución del oxígeno, musgos, posibles indicadores de los daños a la calidad del agua, y debilitamiento de las especies vegetales de la ribera del río”, agregan.

Según la denuncia la  protección judicial contemplada en la sentencia SU 698 de 2017 podría estar siendo desconocida por la empresa y entidades estatales correspondientes “que han dilatado y burlado la adopción de medidas efectivas y satisfactorias para proteger el arroyo”.

Han solicitado a las instancias públicas, entidades de control y autoridades judiciales realizar las investigaciones respectivas a fin de imponer las sanciones correspondientes. En particular, piden que se verifique cuál es el seguimiento a la orden judicial de suspender actividades mineras en el tajo La Puente y cuáles son los permisos, medidas de seguimiento y control que se aplican a la empresa Carbones del Cerrejón en relación con los vertimientos de aguas tóxicas en la parte media del arroyo Bruno y con la expansión del botadero minero.

Lo que dice la empresa


Cerrejón afirmó que continúa cumpliendo con lo solicitado por la Corte Constitucional y que no hay avance minero del Tajo la Puente hacia el cauce modificado del arroyo Bruno.

Según la multinacional, esto ha sido verificado por la autoridad minera y ambiental.

Agrega que contrario a la denuncia, el nuevo cauce del arroyo Bruno alcanzó esta semana su caudal máximo en lo que va de 2021, con más de 2,40 metros de profundidad, de acuerdo con los monitoreos realizados durante los últimos días.

“Esta es la cifra más alta alcanzada este año y  demuestra el nivel de estabilidad, capacidad de manejo de inundaciones y buen estado de la ronda hídrica del arroyo cuatro años después de su modificación parcial”, indica la carbonífera.

Dice que, cuatro años después de haber realizado las obras, el nuevo cauce funciona igual que cualquier arroyo siendo capaz de manejar las crecientes, evitar riesgos de inundaciones para las poblaciones vecinas y facilitar el tránsito y supervivencia de la fauna de la zona.

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