La exposición en homenaje a Bernardo Jaramillo, un acto de memoria que rinde la Alcaldía de Cali- Foto: Nelson Villegas. |
Por: Oscar Hernando Avellaneda
De origen humilde, nació en Manizales, Colombia el 22 de septiembre de 1955. Muy joven ingresó a la Juventud Comunista, y en 1981 al PCC. Se graduó en Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Caldas.
Por el voto popular fue elegido Concejal de Apartadó, Representante a la Cámara y Senador de la República.
Se integró a la UP una vez que fue fundada en 1985. y luego del asesinato de Jaime Pardo Leal, el 11 de octubre de 1987, asumió la presidencia de la UP.
Planteó la necesidad de lograr un acuerdo de paz con las hoy extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), afirmando entre otras cosas: “Estamos en una guerra que no va a ganar nadie”, “ni el secuestro, ni la extorsión son un mecanismo de lucha política, ni aquí ni en ningún país”.
Fue uno de los colombianos que más se alegró por el apoyo que obtuvo el M- 19 en las urnas. Uno de sus sueños era construir un gran bloque unitario que hiciera frente a los representantes políticos de la oligarquía colombiana.
Denunció al paramilitarismo, que había asesinado para esa época más de 300 militantes de la UP, como el peligro más grave de la democracia, y afirmó:
«No se puede hablar de paz, ni ser consecuente con la paz, cuando no se castiga ejemplarmente a los miembros del Estado comprometidos con la violencia hacia la población civil»
En una entrevista citada por María Jimena Dussán, en su libro “Crónicas que matan” señaló:
El Gobierno debe hacer caer todo el peso de la justicia no sólo sobre quienes operan las armas, sino sobre quienes los apadrinan y protegen. La sociedad, va a encontrar, hilando, que en la cúspide del paramilitarismo hay grandes empresarios y personajes de la vida nacional”.
Después de 30 años de litigio, el 30 de enero de 2023, en la Sentencia del caso "Integrantes y Militantes de la Unión Patriótica Vs. Colombia", la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) responsabilizó al Estado Colombiano como máximo responsable por el exterminio de más de 6.000 integrantes de la Unión Patriótica durante más de dos décadas.
Para el periodo 1990 -1994, Bernardo fue elegido candidato presidencial de la UP, organización que surgía con un gran respaldo popular, lo cual no se veía en Colombia desde la época de Jorge Eliécer Gaitán.
“Venga esa mano país”, fue el eslogan de la campaña para construir un nuevo país. Poco a poco fue llenando auditorios, desmoronando las mentiras y prejuicios creados por los "grandes" medios de comunicación al servicio de la burguesía y los terratenientes.
Cada vez que le preguntaban cómo era capaz de sonreír si denunciaba que iba a ser asesinado, respondía: “Porque la alegría es la divisa de quienes defendemos la vida”.
Fue asesinado por un sicario a sueldo de los paramilitares Fidel y Carlos Castaño, quien admitió su participación en el crímen, sin embargo los autores intelectuales, los que dieron la orden para ejecutar el magnicidio aún siguen en la impunidad.
“Estuve al lado de Bernardo Jaramillo Ossa los últimos meses de su vida porque fui asignado por el periódico Voz para cubrir su campaña electoral a la presidencia de la República. Descubrí en él a un ser inteligente, noble, con un buen sentido del humor, tanguero, sensible a las problemáticas sociales y con ganas de cambiar este país. Por eso la ultraderecha lo mató ese 22 de marzo de 1990” afirmó Nelson Villegas con motivo de la exposición de sus fotografías en la Casa de las Memorias del Conflicto y la Reconciliación, de Cali (2023).
Es necesario sistematizar la historia de guerra política, militar, paramilitar, económica y social de la oligarquía contra el Pueblo colombiano, apoyar con firmeza al Gobierno del cambio, y trazar las tareas tácticas y estratégicas para avanzar en la Unidad, la organización y la conciencia política de todo el Pueblo, especialmente de la clase obrera, los campesinos, los trabajadores de clase media, y los sectores políticos democráticos, para defender las necesarias Reformas y crear las condiciones políticas y sociales que permitan confrontar la oleada contra-reformista de la ultraderecha y los medios a su servicio, para mantener la continuidad del Gobierno del Cambio y su programa democrático y popular.
Rememoramos su legado, que hoy continúa vigente, y honramos su valor, su alegría, su compromiso y ejemplo revolucionario. ¡Bernardo Jaramillo vive en el corazón y en la lucha del Pueblo Colombiano por la Paz y la democracia con justicia social!
¡Honor y gloria a Bernardo Jaramillo Ossa!
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