Sala Roberto Henao Buriticá
Gobernación del Quindío.
Martes 3 de septiembre 5.P.m.
En el lienzo de la vida, el arte de pintar se convierte en un grito desgarrador, una invitación apremiante a defender la esencia misma de la existencia. Y en este llamado, las mujeres emergen como figuras titánicas, diosas olvidadas de tierras y lunas lejanas, que ofrendaron su vida en el altar de la libertad y la justicia.
En el capítulo "Mujeres de tierra y luna", el artista teje un tapiz de reconocimiento y homenaje a estas guerreras silenciosas, que lucharon sin tregua ni límite por los derechos de sus pueblos, por la supervivencia de su cultura y su esencia. Ellas, las creadoras de vida y esperanza, son las verdaderas heroínas de una historia que ha sido escrita con tinta de olvido y silencio.
Pero el artista, con pinceladas de luz y color, rescata sus historias, sus rostros, sus voces, y las devuelve al centro de la escena, donde siempre debieron estar. Y así, la visión de las mujeres, como fuente de vida y esperanza, se expande, se amplía, y se convierte en un canto de liberación, un grito de victoria en medio de la oscuridad.
En este lienzo, el arte de pintar se convierte en un acto de resistencia, un acto de amor, un acto de defensa de la vida y de las mujeres, que late con fuerza y pasión, como un corazón que late sin cesar.
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