“No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”, dice el dicho popular. Después del criminal golpe de estado, orquestado por el imperialismo norteamericano y la pútrida oligarquía hondureña, explayándose el neoliberalismo extractivista como peste nauseabunda, hundiendo a millones de seres humanos en la más espantosa miseria y terrorismo de estado, se concreta una singular victoria electoral en cabeza de Xiomara Castro Sarmiento, quien fuera la primera dama durante el gobierno progresista de Manuel Zelaya.