El Gobierno de Estados Unidos emplea una estrategia multidimensional contra Cuba, que incluye la presión económica y el financiamiento a quienes apoyan su agenda desestabilizadora, denunció hoy el canciller Bruno Rodríguez.
'EE.UU. combina política de máxima presión para asfixiar a Cuba y
campaña de desinformación brutal, con el financiamiento y promoción
abierta de aquellos que se prestan a su agenda desestabilizadora de
´cambio de régimen´', escribió en su cuenta de Twitter el ministro de
Relaciones Exteriores.
El funcionario compartió, además, un
editorial de Granma, el diario de mayor circulación en el país, que
revela los objetivos de una marcha convocada para noviembre próximo,
cuyos organizadores poseen probados vínculos con organizaciones
subversivas o agencias financiadas por el Gobierno de Estados Unidos. La
víspera varias autoridades municipales de la isla caribeña negaron la
autorización a la convocatoria, mediante comunicados que evidenciaron
sus fines ilícitos y de doble moral.
En su editorial, el órgano
oficial del Partido Comunista de Cuba retomó el Artículo 45 de la
Constitución, según el cual 'el ejercicio de los derechos de las
personas solo está limitado por los derechos de los demás, la seguridad
colectiva, el bienestar general, el respeto al orden público, a la
Constitución y a las leyes'.
En ese sentido, advirtió que el
derecho a la manifestación no puede utilizarse para subvertir el sistema
político, derrocar el proyecto socialista o para establecer alianzas
con grupos y organizaciones que reciben financiamiento desde la nación
estadounidense.
Desde el inicio de la pandemia de la Covid-19, la
administración republicana del expresidente Donald Trump (2017-2021)
incrementó 60 nuevas sanciones económicas contra la nación antillana, a
las 243 medidas de bloqueo aplicadas desde el inicio de su mandato.
A
la permanencia de esta conducta por el actual gobierno estadounidense
de Joe Biden, se suman las campañas de desinformación y la confrontación
en el terreno comunicacional, a partir del empleo de herramientas
digitales y redes sociales, que aprovecharon la compleja situación
económica derivada de la pandemia y su impacto en el turismo y demás
sectores económicos.
Estas acciones tienen como elemento añadido
los llamados a la violencia y a crear desorden social, que han provocado
la denuncia de las autoridades cubanas en diferentes escenarios.
Fuente: Prensa latina
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