sábado, 30 de octubre de 2021

Junta de Wall Street y sus lacayos coloniales llegan a acuerdos

 


Por Mac Pórtland

La oligarquía criolla y sus principales partidos políticos coloniales han elaborado y aprobado con entusiasmo el Plan de Ajuste Fiscal (PAD). Esperan por la bendición de los canallas de Wall Street y su junta dictatorial, afirmando que es necesario y legítimo.


El proyecto de la cámara 1003  que habilita el Plan de Ajuste de la Deuda (PAD)  representa una acción oportunista que traiciona a las masas obreras, a lxs estudiantes y al pueblo en general. Una vez más los actores políticos de Puerto Rico se alinean con las clases económicamente dominantes para que los intereses de los buitres de Wall Street logren continuar saqueando el dinero de las mayorías trabajadoras y perpetuando la pobreza de todo un pueblo. Con el título de  “Ley para Ponerle Fin a la Quiebra de Puerto Rico”, se garantiza a través del estado de derecho una segunda quiebra del gobierno colonial.

Este proyecto y sus acuerdos se aprueba por los dos principales partidos tradicionales de la burguesía, PNP/PPD, de manera descarada, luego de años ir montado todo el panorama en favor de los mercados financieros. Con  sus acostumbradas mentiras le dicen al pueblo que buscarán como hacer que Puerto Rico salga de la quiebra, cuando en realidad a lo que dan paso es a la meta general de la Junta de Wall Street (JWS) con su ley PROMESA (Puerto Rico Oversight, Management, and Economic Stability Act-Acta de Supervisión, Gestión y Estabilidad Económica para Puerto Rico), que quiere conseguir «un acceso adecuado a los mercados crediticios de corto y largo plazo a tasas de interés razonables para satisfacer las necesidades de endeudamiento del gobierno territorial¨.

La reestructuración es para hacer subsistir el negocio del mercado financiero, para ganar intereses de esas líneas de crédito que lograrán otorgar nuevamente. ¿Cómo lograrán reestructurar esa entrada al mercado de bonos o al mercado financiero? Adquiriendo lo que queda en la caja: las pensiones, los fondos de la UPR (Universidad de Puerto Rico), privatizando los activos de la AEE (Autoridad de Energía Eléctrica), aumentando los impuestos, adquiriendo las tierras con las que cuenta la agencia de Autoridad de Tierras y Administración de Terrenos, aumentos en servicios esenciales, etc. De eso vive el capital financiero. Es todo un mecanismo de producción de plusvalía enfocado más en su resultado final. Representa todo el trabajo excedente que los capitalistas han logrado acumular a nivel internacional y con ese dinero que proviene del trabajo, han montado el poder financiero y especulativo, establecido en Wall Street como principal sede mundial. Buscan mantener su negocio reciclando la deuda y endeudándonos más.

La JWS desde su imposición ha tenido el control absoluto sobre el gobierno colonial y aunque comerciantes o políticos intenten ocultarlo, Wall Street, a través de sus operativos, gobierna directamente el país.  Este Ente autónomo, no tiene que rendir cuentas a nadie en el Gobierno de Puerto Rico.  Los políticos elegidos mediante el voto son y han demostrado ser sólo marionetas de los buitres de Wall Street. Así estos últimos tienen el camino despejado para asegurar el pago de una deuda ilegal. ¿No es eso una dictadura burguesa?  ¿Qué pasó con el  ¨Esclavo¨ Libre Asociado? Esta falsa democracia nos hace ver como en la colonia, al igual que en otros países donde domina el régimen económico del capital, no existen más que  capitalistas que dictan lo que las mayorías trabajadoras deben hacer. En la colonia es la Junta de Control Fiscal y en otras naciones «soberanas» es el Fondo Monetario Internacional».

Los cantos de sirena y amagues de enmiendas al proyecto 1003 pudiesen dar la impresión de protección a ciertos sectores, mientras la JWS utiliza la rama judicial y la jueza Swain del tribunal norteamericano en Puerto Rico amenaza a los administradores coloniales para que aprueben lo antes posible y sin objeciones las directrices de la Junta. La primera semana de noviembre se rematara la finalización del proyecto en la JWS.

Ningún sector de la sociedad queda fuera de esta amenaza y la consigna del pueblo es: «con la aprobación del proyecto 1003 amenazan el futuro del país». Varios sectores de la clase trabajadora se han manifestado en las calles en contra del tal proyecto. Incluso, el estado colonial se encuentra en una posición grave de crisis ante la situación, que hasta sus fuerzas represivas policiales amenazan con no trabajar durante este fin de semana. Esto en protesta, por medio de acciones de ¨brazos caídos¨.

Ante esta realidad que enfrenta la clase trabajadora en Puerto Rico,  muchos sectores reformistas hacen un llamado a la lucha en la calle, con la cual lxs trabajadorxs conscientes no tenemos problemas de primera instancia. Sin embargo, recordamos a estos sectores reformistas que combatir a la JWS requirira que la clase trabajadora logre generar órganos políticos independientes a los partidos de la burguesía. En ese sentido, un llamado de los partidos con ideología pequeño burguesa como el PIP y MVC, podría ser, retomar las asambleas del pueblo que se formaron durante el verano 2019 para lograr que el pueblo se vea las caras debatiendo y resolviendo sus problemas, como un ensayo de democracia verdadera que logre ir con fuerza ante los organismos políticos de la burguesía.

Mientras tanto, lxs comunistas insistimos a nuestra clase, en la formación de consejos de trabajadorxs en cada centro de trabajo, para organizar una fuerza política con nuestra propia visión de clase, la cual pueda hacer frente a la burguesía imperialista del capital financiero y a sus administradores coloniales. Estos consejos como instrumentos de carácter político tienen la función principal de organizar la actividad política de la clase trabajadora. Son herramienta no solo para presionar a los políticos de la clase dominante, sino para que lxs trabajadorxs mismxs ejerzan poder legislativo y ejecutivo en base a los intereses de las masas trabajadoras. ¡Qué no se confunda nadie!  La defensa genuina del pueblo no vendrá de los politiqueros en la administración colonial, ni de juntas dictatoriales, ni de los tribunales capitalistas.  Sólo las masas trabajadoras mismas, organizadas y unidas a los estudiantes, jubilados y sectores populares podrán montar un reto formal, responsable, digno, efectivo y revolucionario ante lo que viene.

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