sábado, 11 de diciembre de 2021

Enrique Peñalosa: Entre el desespero y la estupidez


Por: Rubén Darío Arroyo Osorio

Este señorito empolvado, tampoco quiere que se enseñe, algo de filosofía en el Sena.

No nos extraña que un ex alcalde de Bogotá, quien se ha caracterizado por su desprecio hacia los trabajadores, el afro colombiano, los desplazados- mal llamados eufemísticamente.

"habitantes de calle", contra los trabajadores, los estudiantes y todo aquel que piense y actúe con un atisbo de autonomía y reivindique la dignidad humana, sea tratado peyorativamente por un "elitista desesperado", y que gobernó mal a Bogotá, ahora pretende llegar a la presidencia de la república, transpirando odio por la racionalidad, la lógica, el afán de saber y actuar moralmente.

Está en una coalición imbuida de pragmatismo romo. Vocifera su "independencia", pero al mismo tiempo    se transmuta en sacamicas de Germán Vargas Lleras, mendigando su apoyo y sus votos.

Me figura pensar, que el señor Peñalosa, jamás se le ocurrió leer la respuesta que Sócrates dio a quienes le exigieron que abandonara su oficio de filosofar y, a cambio le otorgarían el perdón: "Atenienses, os amo y respeto, pero obedeceré a Dios antes que a vosotros, y mientras yo viva no cesaré de filosofar, dando consejos, volviendo a mi vida ordinaria y diciendo a cada uno de vosotros cuando os encuentre: Buen hombre, ¿cómo, siendo ateniense y ciudadano de la más grande ciudad del mundo por su sabiduría y su valor, cómo no te avergüenzas de no haber pensado más que en amontonar riquezas, en adquirir créditos y honores, en despreciar los tesoros de la verdad y de la sabiduría, y no de trabajar para hacer tu alma tan buena como pueda serlo"( Sánchez, Vásquez.2000, p,.122).

¡Qué va! Estos políticos que   peyorizan a sus conciudadanos, expropiados, empobrecidos, llevados a la miseria por el apetito voraz de su clase social, con pretensiones de superioridad, sólo saben de trampas y fraudes, no pueden querer la filosofía, que siempre busca la verdad y la moralidad auténtica, desde su vertiente  de la ética ciudadana.
 

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