Por Nelson Lombana Silva
La otra obra de literatura escrita por el profesor Leonel Osorio Cardona por estos días, intitulada “Tras la penumbra”, es una novela de contrastes donde brillan con increíble claridad el dolor y el amor, el miedo y la seguridad, el llanto y la alegría, la muerte y la vida, la violencia y la paz. Es un cúmulo de contrastes que mantienen al lector atrapado desde la primera hasta la última página.
Se constituye en un relato detallado de la cruda realidad que vive la sociedad en el capitalismo, una sociedad sacudida por el terrorismo de estado y la burda explotación del hombre por el hombre.
Describe con crudeza la esencia del régimen capitalista, su fundamento básico que sustenta su existencia: La violencia. Una violencia crónica e institucionalizada que ha generado miles y miles de muertes de humildes y que el escritor en esta novela, toma con pinza maestra solo un ejemplo y lo desarrolla de una manera desbocada con singular honradez, precisión, sin hígado y belleza literaria.
Hace culto a la memoria como condición fundamental para entender el presente y proyectar el futuro. Un campanazo a la juventud que no vivió esa época, pero que vive su época también pletórica de vicisitudes y hechos espeluznantes de un sistema en decadencia que bota sangre por todos los poros de la piel.
Sin embargo, la obra no queda en la turbulencia de la larvada violencia, hay una luz de esperanza, un sol naciente, mañanero, que indica claramente que otro país sí es posible, que otro sistema socioeconómico si es factible construir con el esfuerzo mancomunado de todos y todas.
El titánico esfuerzo de la hermosa profesora María Victoria Noguera Urquiza y el deseo ferviente de ser de Miguel Ángel Fernández Gallardo, brutalmente torturado por las hordas del militarismo, superan la tormenta, desafían el estatus quo y construyen con tenacidad el proyecto de vida de la sociedad que habrá de liberarse del putrefacto sistema capitalista a partir de la ideología del amor.
Es una obra dolorosa, terriblemente patética, pero que culmina con esperanza en nuevo mañana, alejado del odio y la explotación, fruto del esfuerzo colectivo y la constancia capaz de vencer imposibles.
Una obra bien lograda, bien escrita, con lenguaje sencillo y directo, ameno y agradable.
El autor es natural del municipio de Anzoátegui (Tolima). Licenciado en biología y química, egresado de la universidad del Tolima. Ejerció la docencia durante largos treinta y cinco años, tanto en el sector público como privado.
Ha publicado varios textos: Apuntes maestros, una síntesis de lo que todo buen maestro debe saber hacer y ser, Anzoátegui, un paraíso escondido entre las nubes, Belcebú en el Edén (cuento), La cita no pactada, colección de diecisiete cuentos; la ciencia me llevó a Dios, tras la penumbra, etc.
Hace parte de la corporación de escritores del Tolima (Corpoestol).
Describe con crudeza la esencia del régimen capitalista, su fundamento básico que sustenta su existencia: La violencia. Una violencia crónica e institucionalizada que ha generado miles y miles de muertes de humildes y que el escritor en esta novela, toma con pinza maestra solo un ejemplo y lo desarrolla de una manera desbocada con singular honradez, precisión, sin hígado y belleza literaria.
Hace culto a la memoria como condición fundamental para entender el presente y proyectar el futuro. Un campanazo a la juventud que no vivió esa época, pero que vive su época también pletórica de vicisitudes y hechos espeluznantes de un sistema en decadencia que bota sangre por todos los poros de la piel.
Sin embargo, la obra no queda en la turbulencia de la larvada violencia, hay una luz de esperanza, un sol naciente, mañanero, que indica claramente que otro país sí es posible, que otro sistema socioeconómico si es factible construir con el esfuerzo mancomunado de todos y todas.
El titánico esfuerzo de la hermosa profesora María Victoria Noguera Urquiza y el deseo ferviente de ser de Miguel Ángel Fernández Gallardo, brutalmente torturado por las hordas del militarismo, superan la tormenta, desafían el estatus quo y construyen con tenacidad el proyecto de vida de la sociedad que habrá de liberarse del putrefacto sistema capitalista a partir de la ideología del amor.
Es una obra dolorosa, terriblemente patética, pero que culmina con esperanza en nuevo mañana, alejado del odio y la explotación, fruto del esfuerzo colectivo y la constancia capaz de vencer imposibles.
Una obra bien lograda, bien escrita, con lenguaje sencillo y directo, ameno y agradable.
El autor es natural del municipio de Anzoátegui (Tolima). Licenciado en biología y química, egresado de la universidad del Tolima. Ejerció la docencia durante largos treinta y cinco años, tanto en el sector público como privado.
Ha publicado varios textos: Apuntes maestros, una síntesis de lo que todo buen maestro debe saber hacer y ser, Anzoátegui, un paraíso escondido entre las nubes, Belcebú en el Edén (cuento), La cita no pactada, colección de diecisiete cuentos; la ciencia me llevó a Dios, tras la penumbra, etc.
Hace parte de la corporación de escritores del Tolima (Corpoestol).
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