La exreina entregó su testimonio ya que era la pareja de José ‘Ñeñe’ Hernández y podría tener información de los movimientos del desaparecido ganadero.
La Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia escuchó este 24 de enero a María Mónica Urbina, quien declaró como testigo del caso de la Ñeñepolítica, que investiga la financiación de la campaña electoral de Iván Duque en 2018 por la presunta financiación de José ‘Ñeñe’ Hernández, reconocido ganadero que luego se vio involucrado en el narcotráfico. La exreina entregó su testimonio ya que era la pareja del desaparecido ganadero y podría tener información de sus movimientos.
Las entidades competentes no han entregado detalles de la audiencia. Por el momento solo se sabe que el espacio no se extendió por más de dos horas y se llevó a cabo en el despacho del magistrado Misael Rodríguez, quién indagó si existían algunos vínculos entre políticos y el ganadero señalado como narcotraficante. Así mismo, preguntó sobre las ayudas económicas y compra de votos del ñeñe, en la campaña presidencial de Duque.
Al parecer, Urbina habría negado todos esos vínculos, pues, según reveló Blu Radio, al salir de la oficina del magistrado, la exreina negó que su esposo haya tenido nexos con el expresidente Uribe o con el senador Edward Rodríguez, por quienes el alto tribunal está averiguando.
El diario La Nueva Prensa fue el encargado de revelar este escándalo, al publicar las conversaciones de Cayita Daza con Nubia Stella Martínez en las que se discuten “aportes económicos del empresario venezolano Oswaldo Cisneros, por un valor de 300 mil dólares”. Esto violaría las normas electorales colombianas que no permiten aportes de extranjeros a las campañas presidenciales.
En otra conversación, esta vez entre Cayita Daza y el Ñeñe, grabada el 3 junio de 2018, se habla de “buscar plata para pasar bajo la mesa para soltarla en los departamentos”. Esas palabras dichas por Hernández a la asesora uribista eran parte de una estrategia para contrarrestar el crecimiento del favoritismo de Gustavo Petro, el candidato opositor a Duque, en La Guajira. El Ñeñe además dice que ya había conseguido “mil paquetes” -haciendo referencia a millones de pesos- para repartir en el departamento por intermedio de unos empresarios: “uno les da la lista, yo tengo una empresa que les da la plata y nadie va a saber”.
La excongresista Aida Merlano afirmó en su momento en entrevista con Semana tener pruebas de fraude electoral y compra de votos por parte de la campaña del actual presidente, apoyada por importantes políticos del Caribe colombiano. El CNE la citó a declarar, pero debido a que es prófuga de la justicia, no asistió para ampliar sus denuncias.
José Guillermo “Ñeñe” Hernández fue un reconocido ganadero del norte de Colombia, miembro de la alta sociedad de Valledupar, la capital del Cesar, casado como María Mónica Urbina, exreina de nacional de la belleza, dueño de fincas, lujosas propiedades y titular de las mejores relaciones con personalidades de la política local y nacional. Incluso, asistió a la celebración privada de Iván Duque cuando ganó la Presidencia en 2018.
Tan solo un mes después de su muerte en medio de un supuesto robo en Brasil, su nombre terminó asociado a uno de los más peligrosos criminales de la costa norte del país, Marcos de Jesús Marquitos Figueroa, un contrabandista de gasolina y narcotraficante que llegó a tener tanto poder en Cesar y La Guajira (departamentos ubicados en el norte de Colombia) que incluso en la época de auge paramilitar en la región los hombres de Jorge 40 -jefe paramilitar del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia- no lograron doblegar a su banda de sicarios.
Fuente:Infobae
Las entidades competentes no han entregado detalles de la audiencia. Por el momento solo se sabe que el espacio no se extendió por más de dos horas y se llevó a cabo en el despacho del magistrado Misael Rodríguez, quién indagó si existían algunos vínculos entre políticos y el ganadero señalado como narcotraficante. Así mismo, preguntó sobre las ayudas económicas y compra de votos del ñeñe, en la campaña presidencial de Duque.
Al parecer, Urbina habría negado todos esos vínculos, pues, según reveló Blu Radio, al salir de la oficina del magistrado, la exreina negó que su esposo haya tenido nexos con el expresidente Uribe o con el senador Edward Rodríguez, por quienes el alto tribunal está averiguando.
El diario La Nueva Prensa fue el encargado de revelar este escándalo, al publicar las conversaciones de Cayita Daza con Nubia Stella Martínez en las que se discuten “aportes económicos del empresario venezolano Oswaldo Cisneros, por un valor de 300 mil dólares”. Esto violaría las normas electorales colombianas que no permiten aportes de extranjeros a las campañas presidenciales.
En otra conversación, esta vez entre Cayita Daza y el Ñeñe, grabada el 3 junio de 2018, se habla de “buscar plata para pasar bajo la mesa para soltarla en los departamentos”. Esas palabras dichas por Hernández a la asesora uribista eran parte de una estrategia para contrarrestar el crecimiento del favoritismo de Gustavo Petro, el candidato opositor a Duque, en La Guajira. El Ñeñe además dice que ya había conseguido “mil paquetes” -haciendo referencia a millones de pesos- para repartir en el departamento por intermedio de unos empresarios: “uno les da la lista, yo tengo una empresa que les da la plata y nadie va a saber”.
La excongresista Aida Merlano afirmó en su momento en entrevista con Semana tener pruebas de fraude electoral y compra de votos por parte de la campaña del actual presidente, apoyada por importantes políticos del Caribe colombiano. El CNE la citó a declarar, pero debido a que es prófuga de la justicia, no asistió para ampliar sus denuncias.
José Guillermo “Ñeñe” Hernández fue un reconocido ganadero del norte de Colombia, miembro de la alta sociedad de Valledupar, la capital del Cesar, casado como María Mónica Urbina, exreina de nacional de la belleza, dueño de fincas, lujosas propiedades y titular de las mejores relaciones con personalidades de la política local y nacional. Incluso, asistió a la celebración privada de Iván Duque cuando ganó la Presidencia en 2018.
Tan solo un mes después de su muerte en medio de un supuesto robo en Brasil, su nombre terminó asociado a uno de los más peligrosos criminales de la costa norte del país, Marcos de Jesús Marquitos Figueroa, un contrabandista de gasolina y narcotraficante que llegó a tener tanto poder en Cesar y La Guajira (departamentos ubicados en el norte de Colombia) que incluso en la época de auge paramilitar en la región los hombres de Jorge 40 -jefe paramilitar del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia- no lograron doblegar a su banda de sicarios.
Fuente:Infobae
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