Alonso Ojeda Awad(*)
El desastre climático llegó y amenaza en forma real toda la estructura viviente de la Tierra, dando comienzos a verdaderos procesos desérticos, como los que están ocurriendo a lo largo y ancho del mundo.
En Colombia tenemos tareas serias que desarrollar como seguir adelantando la lucha contra el Fracking y las genocidas fumigaciones con glifosato anunciadas por este gobierno.
El desastre climático anunciado desde hace varios años cumplió su trágico periplo y poco, o mejor nada, han hecho por el clima las prepotentes economías de los países más influyentes del mundo. Acaba de terminar con mas humo de bla…bla que, con verdaderas políticas salvadoras la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático reunido, en medio de pompas y fanfarrias, en la ciudad escocesa de Glasgow, y conocida como COP26.
Esta esperanzadora reunión en medio de tantos desastres ambientales que padece nuestro planeta Tierra: huracanes, incendios, erupción de volcanes, sequias, inundaciones se convirtió en una vergonzosa pasarela de los gobernantes del mundo que se caracterizaron por el mucho hablar y el poco hacer, como bien lo han descrito las cadenas serias de información.
Su Santidad el Papá Francisco en quien, como líder, tenemos puestas las escasas esperanzas que nos quedan, fue claro en advertirles a los lideres de la COP26, que el tiempo se les agota y las esperanzas de salvar la Madre Naturaleza que es donde vivimos todos los seres que poblamos este pequeño planeta Azul, se agotan dramáticamente.
No existen palabras para hacerles entender a los magnates y poderosos de la Tierra que, efectivamente, estamos en un problema muy serio y dramático. El desastre climático llegó y amenaza en forma real toda la estructura viviente de la Tierra, dando comienzos a verdaderos procesos desérticos, como los que están ocurriendo a lo largo y ancho del mundo, que no es otra cosa que el mismo camino de desiertos que iniciaron y concluyeron muchos de los planetas de nuestro Sistema Solar que hace millones de años fueron lugares con grandes e inmensas cantidades de agua.
Realmente, si es el colmo y la irresponsabilidad suprema que las esperanzas cifradas en la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático quedaran en solo promesas de “reducir las emisiones y promover las energías limpias”. Pero solo eso: ¡¡¡Promesas!!! Esto podríamos catalogarlo, siguiendo el ejemplo de nuestro inolvidable Nobel Gabriel García Márquez como verdaderas políticas de “mamadera de gallo”, cuando el desastre anunciado ya toca las puertas de muchas regiones del mundo, incluida la prospera California con sus pavorosos incendios.
Realmente, la única que siente el grave problema del calentamiento global en toda su dimensión es la “opinión mundial”, lo vive y lo sufre en todas sus dimensiones a lo largo y ancho de los continentes, entonces sería muy conveniente unificar todas estas voluntades para juntos proponernos de verdad: SALVAR LA TIERRA.
Nosotros tenemos tareas serias que desarrollar en nuestra nación como seguir adelantando la lucha contra el Fracking y las genocidas fumigaciones con glifosato anunciadas por este gobierno. En ninguna circunstancia podemos permitir que piensen en volver a envenenar nuestros territorios: las fumigaciones no pasaran.
(*)Exembajador de Colombia
Fuente: Viva la Ciudadanía
El desastre climático anunciado desde hace varios años cumplió su trágico periplo y poco, o mejor nada, han hecho por el clima las prepotentes economías de los países más influyentes del mundo. Acaba de terminar con mas humo de bla…bla que, con verdaderas políticas salvadoras la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático reunido, en medio de pompas y fanfarrias, en la ciudad escocesa de Glasgow, y conocida como COP26.
Esta esperanzadora reunión en medio de tantos desastres ambientales que padece nuestro planeta Tierra: huracanes, incendios, erupción de volcanes, sequias, inundaciones se convirtió en una vergonzosa pasarela de los gobernantes del mundo que se caracterizaron por el mucho hablar y el poco hacer, como bien lo han descrito las cadenas serias de información.
Su Santidad el Papá Francisco en quien, como líder, tenemos puestas las escasas esperanzas que nos quedan, fue claro en advertirles a los lideres de la COP26, que el tiempo se les agota y las esperanzas de salvar la Madre Naturaleza que es donde vivimos todos los seres que poblamos este pequeño planeta Azul, se agotan dramáticamente.
No existen palabras para hacerles entender a los magnates y poderosos de la Tierra que, efectivamente, estamos en un problema muy serio y dramático. El desastre climático llegó y amenaza en forma real toda la estructura viviente de la Tierra, dando comienzos a verdaderos procesos desérticos, como los que están ocurriendo a lo largo y ancho del mundo, que no es otra cosa que el mismo camino de desiertos que iniciaron y concluyeron muchos de los planetas de nuestro Sistema Solar que hace millones de años fueron lugares con grandes e inmensas cantidades de agua.
Realmente, si es el colmo y la irresponsabilidad suprema que las esperanzas cifradas en la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático quedaran en solo promesas de “reducir las emisiones y promover las energías limpias”. Pero solo eso: ¡¡¡Promesas!!! Esto podríamos catalogarlo, siguiendo el ejemplo de nuestro inolvidable Nobel Gabriel García Márquez como verdaderas políticas de “mamadera de gallo”, cuando el desastre anunciado ya toca las puertas de muchas regiones del mundo, incluida la prospera California con sus pavorosos incendios.
Realmente, la única que siente el grave problema del calentamiento global en toda su dimensión es la “opinión mundial”, lo vive y lo sufre en todas sus dimensiones a lo largo y ancho de los continentes, entonces sería muy conveniente unificar todas estas voluntades para juntos proponernos de verdad: SALVAR LA TIERRA.
Nosotros tenemos tareas serias que desarrollar en nuestra nación como seguir adelantando la lucha contra el Fracking y las genocidas fumigaciones con glifosato anunciadas por este gobierno. En ninguna circunstancia podemos permitir que piensen en volver a envenenar nuestros territorios: las fumigaciones no pasaran.
(*)Exembajador de Colombia
Fuente: Viva la Ciudadanía
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