Ana María Solórzano padecía presuntamente un cáncer de cuello interino, diagnóstico que finalmente no fue confirmado por el equipo médico del centro asistencial, muy por el contrario, la mujer se fue complicando al punto de sufrir al menos diez convulsiones y finalmente un paro respiratorio.
“No es humano lo que nos ha pasado, tanto pedir a los médicos que me dijeran cuál era su verdadero cuadro clínico y solo les interesaba el tema de la EPS. El día domingo un médico general ordenó una transfusión de sangre, pero en el transcurso del día fue empeorando, incluso en horas de la noche me pedían que me la llevara a la casa porque no había nada que hacer”, dijo desconsolada su hermana Marielis Solórzano Hermoso.
Explicó que Ana María falleció a las 3:30 de la madrugada de ayer. “Nuestra condición de migrante no nos permite ni trasladar el cadáver a Venezuela, incluso la tenemos en la morgue del hospital sin saber con que recursos le vamos a dar cristiana sepultura”, dijo.
Esta paciente había instaurado una tutela, a la cual el hospital no dio respuesta y apeló para no cumplirla; del caso también tiene conocimiento Gerencia de Fronteras de la Presidencia de la República, pero nadie actuó a tiempo y lamentablemente se dio este desenlace.
En el municipio de Valledupar están al menos 35.000 venezolanos radicados, cuya cifra se duplica con las personas que están en condición irregular, y que en la actualidad procesan el Estatuto Temporal de Permanencia a través de Migración Colombia.
Entre tanto, a diario son muchos los migrantes venezolanos que no pueden acceder al sistema de salud, incluso están recibiendo tratos xenofóbicos y denigrantes por su condición de vulnerabilidad, según lo ha manifestado Rafael Morales, líder de la Fundación Soy tu Amigo.
“El abogado de la Defensoría del Pueblo, Juan Carlos Corrales, radicó una demanda por incumplimiento de desacato por parte del hospital a la cual tampoco se respondió. Necesitamos que las autoridades departamentales en salud ayuden a buscar alternativas que garanticen la atención a los migrantes venezolanos mientras culmina el proceso para la obtención del Estatuto Temporal de Permanencia”, dijo.
OTRO CASO
“Ustedes llegaron a destruir el país, vienen muy frescos en busca de asistencia médica sin tener EPS, tenemos seis meses sin cobrar por las deudas que el Gobierno nacional tiene con el hospital por atenderlos a ustedes…”, son algunos de los insultos que en los últimos días han estado recibiendo migrantes venezolanos, que acuden al Hospital Rosario Pumarejo de López en busca de ayuda médica.
La denuncia se ha hecho pública por parte de quienes están viviendo este calvario, incluso son pacientes con enfermedades graves, cuyo dolor los hace visible al llegar al área de urgencias.
Otro de los casos conocidos por laregional.net, es el de Leidimar García Ávila, de 30 años, quien desde seis años fue diagnosticada con cáncer de mama y desde hace un mes aproximadamente sufre una decaída sin poder recibir atención médica especialidad en la capital del Cesar, por ser migrante venezolana en condición irregular.
Esta joven ha sido sometida a cuatro intervenciones quirúrgicas y un ciclo de quimioterapias en su país de origen, que le permitieron mejorar el cuadro clínico, pero desde hace un mes siente nuevamente los síntomas, dolor insoportable y un sangrado constante por el seno derecho.
“La semana pasada me acerqué al Hospital Rosario Pumarejo de López en busca de ayuda, ante una crisis de dolor, constante sangrado, un brazo hinchado y enrojecimiento en los senos. Lamentablemente una jefa de enfermeras en lugar de ofrecerme ayuda, solo me insultó y de manera despectiva, insistía en afirmar que por culpa de los venezolanos el hospital estaba acabado”.
Leidimar afirma que debió salir del centro de salud, por cuanto también fue ignorada por los médicos de guardia y hasta por el vigilante que le impedía el paso. “Solo vienen a acabar con la salud y cuando regulan su situación migratoria se van a las clínicas; no te puedo ayudar porque hay que dar prioridad a los pacientes colombianos”, repetía una y otra vez la jefa de enfermeras según el relato de la paciente, quien además consultó a la trabajadora social, que igual respondió no tener competencia en el tema.
Fuente: La Regional
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