Por: Nelson Lombana Silva
Parece sencillo dar una definición, pero no es así, entre otras razones porque toda definición no deja de ser una aproximación. En este caso, no es la excepción. De tal manera que hay que asumir el riesgo so pena de caer en un cáustico nihilismo, que sería aún más catastrófico. Y es que a pesar de la ciencia haber demostrado con creces su justeza real y concreta, todavía se veneran teorías idealistas que en vez de clarificar lo que hacen es oscurecer, enturbiar o cuando más, limitar el conocimiento, o sea, la ciencia.
La lectura es un fenómeno inherente del ser humano. Un proceso de comprensión de algún tipo de información o sencillamente, ideas almacenadas en un soporte, transmitida a través de algún código, casi siempre el lenguaje. Este lenguaje bien podría ser visual, en este caso se emplea fundamentalmente la vista, el ojo y el táctil, la piel, las manos, tal el caso del sistema braille utilizado generalmente por los ciegos. Pero, también pueden existir otros tipos de lecturas como la notación o pictogramas, es decir, dibujos. Las señales de tránsito podrían ser un buen ejemplo.
Weber ha planteado tres definiciones para la lectura: Saber pronunciar las palabras escritas, saber identificar las palabras y el significado de cada una de ellas y saber extraer y comprender el significado de un texto.
La fisiología, parte de la biología que estudia los órganos de los seres vivos y su funcionamiento, permite comprender la capacidad humana de leer desde el punto de vista biológico, gracias al estudio del ojo humano, el campo de visión y la capacidad de fijar la vista.
Por su parte, la psicología, ciencia que estudia los procesos mentales, las sensaciones, las percepciones y el comportamiento del ser humano, en relación con el medio ambiente físico y social que lo rodea, ayuda a definir el proceso mental que se lleva a cabo durante la lectura, sea en la fase de decodificación de caracteres, símbolos e imágenes, en la fase de asociación de la visualización con la palabra. Estos procesos psicológicos de la lectura fueron estudiados inicialmente por Emile Javal, quien era para el momento director del laboratorio de oftalmología de la universidad de la Sorbona, a finales del siglo XIX.
Pero, también en la comprensión y estudio de la lectura, hay que tener en cuenta la pedagogía, ciencia que estudia la metodología y las técnicas que se aplican a la enseñanza y la educación. Se encarga fundamentalmente del proceso de enseñanza – aprendizaje de la lecto – escritura, de las manifestaciones específicas de la lectura y las habilidades necesarias para una lectura eficaz.
La lectura entonces es un fenómeno humano complejo, dinámico, estudiado por ciencias como la fisiología, la psicología y la pedagogía. Pero, no se queda ahí. Este fenómeno también es estudiado por la neurociencia denominada: Psicología Cognitiva, especialidad científica interdisciplinaria que retoma importantes aportes, tanto de las ciencias del cerebro y de la cognición como de la psicología en general para elaborar modelos científicos rigurosos que intentan entender y explicar lo que sucede en el cerebro durante el proceso de la lectura y otros fenómenos cognitivos similares.
Explicado de una manera pedagógica, la lectura comienza cuando se da un estímulo sensitivo externo a través de uno solo o una conjunción de los sentidos, es decir, cuando por ejemplo se fija la mirada en un texto escrito. En este caso, los ojos, que son los órganos sensoriales capaces de percibir la luz en el entorno del individuo, envían tal percepción en forma de señales a través de los nervios ópticos hasta el cerebro, donde se entrecruzan en el quiasma óptico y llegan al lóbulo occipital que interpreta esas señales y “decide” que se trata de símbolos a los que luego el cerebro decodifica, les da identificación y les asigna significado.
La función única de los órganos sensoriales es la captación del estímulo exterior, que es enviado en forma de señales al sistema nervioso central y que solo adquiere significación cuando esas señales son procesadas por el cerebro, haciendo de la lectura un fenómeno eminentemente neurológico y psicológico, esto es, dar sentido a los símbolos.
Por esta razón, los diferentes medios de lectura, tanto el visual como el sistema braille, o escuchar una narración oral, parecen estimular las mismas zonas del cerebro en los seres humanos. Las relaciones con el lenguaje y la imaginación, permiten evocar imágenes, ideas y sentimientos mediante mecanismos muy similares.
Si bien se considera que la lectura parece ocurrir mayormente en la región del cerebro llamada: Lóbulo Temporal, principal zona del cerebro relacionada con el lenguaje, también tiene gran actividad en ella la corteza visual ubicada en el lóbulo occipital, que trabaja no solo para procesar información visual, sino para recrear imágenes mentales.
Hay muchas más regiones del cerebro esparcidas por toda la neo corteza cerebral, característica que la lectura comparte con otras funciones intelectuales superiores como la habilidad matemática y la conciencia, lo que indica la complejidad neurológica.
Durante la lectura visual convencional se identifica el movimiento que hace la mirada a través de las letras como “movimiento sacádico” Pero, ¿Qué es un movimiento sacádico? Un movimiento sacádico es un movimiento rápido del ojo, cabeza u otra parte del cuerpo de un animal o dispositivo. También puede referirse a un desplazamiento rápido de una señal emitida, u otro cambio rápido.
Dicho en otras palabras: Un movimiento con la finalidad de obtener una imagen completa de algo, compensando el hecho de que la fóvea[i] es estrecha y tiene un campo visual limitado. Una persona normal y con sus plenas facultades, tardará entre 200 y 300 milisegundos en saltar entre ellas. Claro, es un promedio y no toma aspectos como la comprensión lectora y el releer las palabras.
El primer científico en identificar las bases neuroanatómicas de la lectura y de los padecimientos que la afectan (Alexia[ii] y Dislexia[iii]), fue el francés Joseph Dejerine. Afirmó luego de realizar varios exámenes post mortem a varios pacientes diagnosticados con dislexia: “Siempre hay una lesión muy atrás en la región temporal posterior del hemisferio izquierdo, en donde entran en contigüidad los lóbulos occipital y parietal”.
También demostró que la alexia dependía de una lesión unilateral en el hemisferio izquierdo del cerebro, iniciando así el estudio neurológico de este tipo de padecimientos.
Weber ha planteado tres definiciones para la lectura: Saber pronunciar las palabras escritas, saber identificar las palabras y el significado de cada una de ellas y saber extraer y comprender el significado de un texto.
La fisiología, parte de la biología que estudia los órganos de los seres vivos y su funcionamiento, permite comprender la capacidad humana de leer desde el punto de vista biológico, gracias al estudio del ojo humano, el campo de visión y la capacidad de fijar la vista.
Por su parte, la psicología, ciencia que estudia los procesos mentales, las sensaciones, las percepciones y el comportamiento del ser humano, en relación con el medio ambiente físico y social que lo rodea, ayuda a definir el proceso mental que se lleva a cabo durante la lectura, sea en la fase de decodificación de caracteres, símbolos e imágenes, en la fase de asociación de la visualización con la palabra. Estos procesos psicológicos de la lectura fueron estudiados inicialmente por Emile Javal, quien era para el momento director del laboratorio de oftalmología de la universidad de la Sorbona, a finales del siglo XIX.
Pero, también en la comprensión y estudio de la lectura, hay que tener en cuenta la pedagogía, ciencia que estudia la metodología y las técnicas que se aplican a la enseñanza y la educación. Se encarga fundamentalmente del proceso de enseñanza – aprendizaje de la lecto – escritura, de las manifestaciones específicas de la lectura y las habilidades necesarias para una lectura eficaz.
La lectura entonces es un fenómeno humano complejo, dinámico, estudiado por ciencias como la fisiología, la psicología y la pedagogía. Pero, no se queda ahí. Este fenómeno también es estudiado por la neurociencia denominada: Psicología Cognitiva, especialidad científica interdisciplinaria que retoma importantes aportes, tanto de las ciencias del cerebro y de la cognición como de la psicología en general para elaborar modelos científicos rigurosos que intentan entender y explicar lo que sucede en el cerebro durante el proceso de la lectura y otros fenómenos cognitivos similares.
Explicado de una manera pedagógica, la lectura comienza cuando se da un estímulo sensitivo externo a través de uno solo o una conjunción de los sentidos, es decir, cuando por ejemplo se fija la mirada en un texto escrito. En este caso, los ojos, que son los órganos sensoriales capaces de percibir la luz en el entorno del individuo, envían tal percepción en forma de señales a través de los nervios ópticos hasta el cerebro, donde se entrecruzan en el quiasma óptico y llegan al lóbulo occipital que interpreta esas señales y “decide” que se trata de símbolos a los que luego el cerebro decodifica, les da identificación y les asigna significado.
La función única de los órganos sensoriales es la captación del estímulo exterior, que es enviado en forma de señales al sistema nervioso central y que solo adquiere significación cuando esas señales son procesadas por el cerebro, haciendo de la lectura un fenómeno eminentemente neurológico y psicológico, esto es, dar sentido a los símbolos.
Por esta razón, los diferentes medios de lectura, tanto el visual como el sistema braille, o escuchar una narración oral, parecen estimular las mismas zonas del cerebro en los seres humanos. Las relaciones con el lenguaje y la imaginación, permiten evocar imágenes, ideas y sentimientos mediante mecanismos muy similares.
Si bien se considera que la lectura parece ocurrir mayormente en la región del cerebro llamada: Lóbulo Temporal, principal zona del cerebro relacionada con el lenguaje, también tiene gran actividad en ella la corteza visual ubicada en el lóbulo occipital, que trabaja no solo para procesar información visual, sino para recrear imágenes mentales.
Hay muchas más regiones del cerebro esparcidas por toda la neo corteza cerebral, característica que la lectura comparte con otras funciones intelectuales superiores como la habilidad matemática y la conciencia, lo que indica la complejidad neurológica.
Durante la lectura visual convencional se identifica el movimiento que hace la mirada a través de las letras como “movimiento sacádico” Pero, ¿Qué es un movimiento sacádico? Un movimiento sacádico es un movimiento rápido del ojo, cabeza u otra parte del cuerpo de un animal o dispositivo. También puede referirse a un desplazamiento rápido de una señal emitida, u otro cambio rápido.
Dicho en otras palabras: Un movimiento con la finalidad de obtener una imagen completa de algo, compensando el hecho de que la fóvea[i] es estrecha y tiene un campo visual limitado. Una persona normal y con sus plenas facultades, tardará entre 200 y 300 milisegundos en saltar entre ellas. Claro, es un promedio y no toma aspectos como la comprensión lectora y el releer las palabras.
El primer científico en identificar las bases neuroanatómicas de la lectura y de los padecimientos que la afectan (Alexia[ii] y Dislexia[iii]), fue el francés Joseph Dejerine. Afirmó luego de realizar varios exámenes post mortem a varios pacientes diagnosticados con dislexia: “Siempre hay una lesión muy atrás en la región temporal posterior del hemisferio izquierdo, en donde entran en contigüidad los lóbulos occipital y parietal”.
También demostró que la alexia dependía de una lesión unilateral en el hemisferio izquierdo del cerebro, iniciando así el estudio neurológico de este tipo de padecimientos.
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