El candidato presidencial del Pacto Histórico, Gustavo Petro, ganó la primera vuelta, va a la segunda. Los que no conocen de fondo el accionar criminal y marrullero de esta rancia oligarquía, pensaban en un triunfo “fácil” en primera vuelta. La izquierda era optimista, pero moderadamente.
Por Agamenón
El padre actual del narcotráfico y la corrupción en Colombia, el narcotraficante número 82, según la CIA, Álvaro Uribe Vélez, tenía varias cartas, una de ellas, era el multimillonario anciano, Rodolfo Hernández. Eso tampoco es un secreto. Ya este anciano había dicho que le debía muchos favores al cuestionado ex presidente responsable directo de 6402 falsos positivos.
Seguramente, al ver que Fico no pegaba y, por el contrario, se desinflaba en la recta final, decidió el corrupto ex presidente inflar al cuestionado empresario. Sabe el perverso ex presidente, que Rodolfo es fácil de manipular, un personajillo que cree que el Estado se maneja como se maneja sus empresas. Ya lo dijo también: “Solo hay que saber sumar y restar y ya”.
Indudablemente, los resultados electorales que señala la registraduría no son ciertos. A unos infló y a otros desinfló. La corrupción es generalizada. Este ancianito estuvo en Ibagué, recorrió parte de la tercera con mucha dificultad física, fue al estadio como cualquier parroquiano a un partido de fútbol del club deportes Tolima y se tomó fotos para señalar que era su electorado, lo que se tipifica como publicidad engañosa, tramposa.
Todavía esta oligarquía criminal cabalga en el miedo y en el analfabetismo político del pueblo. Un joven que no tiene ni un cuarto de tierra, ni un rancho propio, se desgañitaba la garganta diciendo que, si ganaba Petro en primera vuelta, sería expropiado. ¿Expropiado de qué si no tiene ni tierra ni casa? Repetía como lorito el discurso mediático del régimen, quizás sin saberlo.
Otro caso diciente es de personas que ni conocen Bogotá, nunca han estado en esta ciudad. Sin embargo, repetían a diestra y siniestra que Petro había “vuelto mierda esta ciudad”. ¿Cómo puedo hablar con tanta propiedad de algo que no conozco? Son las infamias que generan los medios de comunicación, el Valium del siglo XXI.
Lo cierto es que no estamos enfrentando monjitas de bien, estamos enfrentando un régimen criminal, una oligarquía tramposa, ambiciosa, que está dispuesta a todo con tal de no perder su ilegal poder. Fico desenmascaró a Rodolfo Hernández, un corrupto de aquí a Pekín, como dice el dicho, pero una vez los resultados, no dudó en unirse a este decrépito anciano. Eso nos da una idea de lo que es capaz esta oligarquía.
El padre actual del narcotráfico y la corrupción en Colombia, el narcotraficante número 82, según la CIA, Álvaro Uribe Vélez, tenía varias cartas, una de ellas, era el multimillonario anciano, Rodolfo Hernández. Eso tampoco es un secreto. Ya este anciano había dicho que le debía muchos favores al cuestionado ex presidente responsable directo de 6402 falsos positivos.
Seguramente, al ver que Fico no pegaba y, por el contrario, se desinflaba en la recta final, decidió el corrupto ex presidente inflar al cuestionado empresario. Sabe el perverso ex presidente, que Rodolfo es fácil de manipular, un personajillo que cree que el Estado se maneja como se maneja sus empresas. Ya lo dijo también: “Solo hay que saber sumar y restar y ya”.
Indudablemente, los resultados electorales que señala la registraduría no son ciertos. A unos infló y a otros desinfló. La corrupción es generalizada. Este ancianito estuvo en Ibagué, recorrió parte de la tercera con mucha dificultad física, fue al estadio como cualquier parroquiano a un partido de fútbol del club deportes Tolima y se tomó fotos para señalar que era su electorado, lo que se tipifica como publicidad engañosa, tramposa.
Todavía esta oligarquía criminal cabalga en el miedo y en el analfabetismo político del pueblo. Un joven que no tiene ni un cuarto de tierra, ni un rancho propio, se desgañitaba la garganta diciendo que, si ganaba Petro en primera vuelta, sería expropiado. ¿Expropiado de qué si no tiene ni tierra ni casa? Repetía como lorito el discurso mediático del régimen, quizás sin saberlo.
Otro caso diciente es de personas que ni conocen Bogotá, nunca han estado en esta ciudad. Sin embargo, repetían a diestra y siniestra que Petro había “vuelto mierda esta ciudad”. ¿Cómo puedo hablar con tanta propiedad de algo que no conozco? Son las infamias que generan los medios de comunicación, el Valium del siglo XXI.
Lo cierto es que no estamos enfrentando monjitas de bien, estamos enfrentando un régimen criminal, una oligarquía tramposa, ambiciosa, que está dispuesta a todo con tal de no perder su ilegal poder. Fico desenmascaró a Rodolfo Hernández, un corrupto de aquí a Pekín, como dice el dicho, pero una vez los resultados, no dudó en unirse a este decrépito anciano. Eso nos da una idea de lo que es capaz esta oligarquía.
¿Qué hay que hacer? Insistir y persistir. Lo que no asimila un pueblo en cien años, lo podría asimilar en días, algo así decía Lenin. Para los revolucionarios de verdad, la presidencia no es un fin, es un medio para avanzar en la formación ideológica y política. Hay que continuar con la moral revolucionaria en alto. “Que tiemblen los vacilantes”, decía Gaitán.
Es emocionante las declaraciones de la presidenta de la Unión Patriótica de la ciudad de Ibagué, Luisa Fernanda Robayo. Una vez conoció los resultados, llamó a reactivar la campaña, la lucha proselitista, a ser más unidos y coherentes. Esta joven política la tiene clara. La lucha continúa. Hay que hacer un balance, pero en movimiento, es decir, en campaña.
El acumulado es inmenso, hay que multiplicarlo por dos, simplemente. Cerrar filas de unidad. Alguien dijo: “Yo voté por ese viejito porque habla como yo, vulgaridades”. ¡Qué argumento!
Tenemos el mejor candidato, tenemos el mejor programa y tenemos la mejor disposición de lucha. Quien dijo miedo. “A la carga”, dijo Gaitán.
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