De nuevo el departamento de Caldas conoce noticias relacionadas con amenazas de grupos armados al margen de la ley, y dirigidas esta vez a líderes indígenas, sociales y políticos del occidente de la región.
Este episodio parece hacerse costumbre en los últimos días, solo basta con recordar que los enemigos de la Paz, hace días en panfleto de las Águilas Negras del sur Occidente del país, amenazaron el dirigente indígena y recién electo representante a la cámara por Caldas, Norman David Bañol Álvarez. Acto seguido ya en nuestro departamento, se conoció la amenaza del grupo Águilas negras - Células urbanas del alto occidente caldense, contra el compañero presidente del sindicato Educal, Juan Carlos Martínez. Posteriormente conoció la opinión publica la amenaza del grupo paramilitar “la cordillera”, contra el senador Gustavo Petro hoy candidato presidencial, hecho que de paso suspendió su visita a la región del eje cafetero; así mismo se tuvo conocimiento que en desarrollo del paro armado del Clan del Golfo en la región del oriente caldense, algunos vehículos fueron pintados con las siglas de este actor armado ilegal.
A estos hechos se suma en la noche del 9 de mayo una nueva amenaza de este grupo ilegal, en la cual declaran objetivo militar a varios líderes sociales, dirigentes indígenas y políticos de Ríosucio, Supía y Marmato en Caldas, y del municipio de Quinchía en Risaralda pertenecientes ellos en su mayoría, al Consejo Regional Indígena de Caldas – “CRIDEC”, y a varios movimientos políticos de la región.
Esta amenaza contra los líderes sociales y políticos del alto occidente caldense como de Risaralda, debe convocar no solo su profundo rechazo, sino toda la solidaridad de las organizaciones sociales, políticas y populares y de la comunidad del departamento; no es por demás recordar que nuestra región fue teatro de operaciones del conflicto armado por cerca de 35 años, y la defensa de la Paz compromete el esfuerzo de todos los sectores de la sociedad.
También es necesario recordar que estos hechos criminales se suceden en el marco del desarrollo de la campaña política hacia la presidencia de la república de Colombia, y el movimiento indígena y sus diferentes organizaciones y expresiones políticas, hacen parte de dicho suceso electoral.
Este episodio parece hacerse costumbre en los últimos días, solo basta con recordar que los enemigos de la Paz, hace días en panfleto de las Águilas Negras del sur Occidente del país, amenazaron el dirigente indígena y recién electo representante a la cámara por Caldas, Norman David Bañol Álvarez. Acto seguido ya en nuestro departamento, se conoció la amenaza del grupo Águilas negras - Células urbanas del alto occidente caldense, contra el compañero presidente del sindicato Educal, Juan Carlos Martínez. Posteriormente conoció la opinión publica la amenaza del grupo paramilitar “la cordillera”, contra el senador Gustavo Petro hoy candidato presidencial, hecho que de paso suspendió su visita a la región del eje cafetero; así mismo se tuvo conocimiento que en desarrollo del paro armado del Clan del Golfo en la región del oriente caldense, algunos vehículos fueron pintados con las siglas de este actor armado ilegal.
A estos hechos se suma en la noche del 9 de mayo una nueva amenaza de este grupo ilegal, en la cual declaran objetivo militar a varios líderes sociales, dirigentes indígenas y políticos de Ríosucio, Supía y Marmato en Caldas, y del municipio de Quinchía en Risaralda pertenecientes ellos en su mayoría, al Consejo Regional Indígena de Caldas – “CRIDEC”, y a varios movimientos políticos de la región.
Esta amenaza contra los líderes sociales y políticos del alto occidente caldense como de Risaralda, debe convocar no solo su profundo rechazo, sino toda la solidaridad de las organizaciones sociales, políticas y populares y de la comunidad del departamento; no es por demás recordar que nuestra región fue teatro de operaciones del conflicto armado por cerca de 35 años, y la defensa de la Paz compromete el esfuerzo de todos los sectores de la sociedad.
También es necesario recordar que estos hechos criminales se suceden en el marco del desarrollo de la campaña política hacia la presidencia de la república de Colombia, y el movimiento indígena y sus diferentes organizaciones y expresiones políticas, hacen parte de dicho suceso electoral.
Por eso desde el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos – CPDH - Caldas, exigimos a los gobiernos locales, departamental y nacional y a las fuerzas de policía, militar y a la fiscalía general, la investigación respectiva; además solicitamos pronta aclaración de los autores de estas amenazas, toda vez que en el último tiempo siempre han sido reiterativos en manifestar que en Caldas no existe presencia de actores armados ilegales.
Así mismo solicitamos a la Unidad Nacional de Protección – UNP, salvaguardar la integridad y la vida de los líderes sociales amenazados y la de sus familias.
Junta Directiva
CPDH – Caldas
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