Prensa Latina
Los desaparecidos en México es hoy un tema abordado como un fenómeno dramático pero con tratamiento teatral, cuando se sube el telón aparecen acciones y justificaciones, cuando se baja vuelve la incertidumbre entre quienes reclaman a sus seres queridos.
A pesar de que las autoridades gubernamentales anuncian acciones para detener la ola de homicidios, asesinatos y desaparecidos, las cifras crecen, son hechos imparables que colocan a la nación como la más violenta de América.
Las propias autoridades reportan aumento de estos hechos desde el 2007. Al inicio de este año contabilizaban 27 mil 659 desaparecidos, cifra que organizaciones en defensa de los derechos de las personas estima debe triplicarse.
Miguel Ángel Osorio, secretario de Gobernación, prometió en el 2013 que se buscaría a todos y se trabajaría para que esos hechos no volvieran a suceder en el país.
Al siguiente año, en septiembre, se sucede la desaparición forzada de Iguala una serie de episodios violentos ocurridos entre los días 26 y 27, en el que la policía municipal persiguió y atacó a estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
El resumen fue trágico: 43 estudiantes desaparecidos, cerca de 30 heridos y nueve fallecidos.
Ayotzinapa continúa ocupando espacios, padres y familiares no dejan de reclamar 'los queremos vivos'. En sus mentes no conciben la muerte, imaginan que los tienen escondidos, cautivos, incluso dentro de instalaciones militares o en plantaciones de droga.
Las primeras versiones dirigieron la búsqueda en el basurero de Cocula, estado de Guerrero, siguiendo la versión de la Procuraduría General de la República (PGR).
El informe del equipo argentino de Antropología Forense, tras más de un año de trabajo científico, concluyó que no habían sido incinerados en ese lugar.
Los peritos encontraron múltiples cuerpos a lo largo de los años (también sin identificar) pero ninguno de los estudiantes.
Para los especialistas fue una indagación seria, científica, realizada por 26 peritos de Argentina, México, Estados Unidos, Colombia, Uruguay y Canadá.
La fiscalía envió a la Universidad de Innsbruck varios restos encontrados en Cocula y en el río San Juan. De estos solo se identificó a un alumno, Alexander Mora y la pregunta quedo latente: dónde está el resto.
De acuerdo con los miembros del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, que asesora a los familiares de las víctimas, los mandos siempre buscaron muertos a los estudiantes.
A esto se suma que en los últimos dos lustros se contabilizan desaparecidos más de cinco mil niños y adolescentes en todo el país.
Según Ricardo Bucio, del Sistema Nacional de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, esta cifra no muestra toda la tragedia y exige mejorar la investigación y búsqueda.
Asegura que es una problemática nacional, está en todos los estados, en especial en Tamaulipas, Guanajuato y Baja California.
Humberto Guerrero, coordinador de la sociedad civil Fundar, advierte que la política de Estado es de 'tolerancia activa', porque obstaculiza o manipula las investigaciones.
Los familiares, precisa, se enfrentan a la impunidad, mientras las autoridades no reconocen la existencia de una crisis muy grave.
Existe un gran dilema, desconfianza entre los agraviados que mantiene un clima de tensión y descontento por la falta de una política coherente que más que promesas reclama resultados tangibles.
Ahora, de nuevo, la titular de la PGR, Arely Gómez, se comprometió ante una comisión de familiares de personas en situación de desaparecidos a esclarecer los hechos, con pleno respeto a los derechos humanos.
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