viernes, 19 de agosto de 2016

Los despidos de Guadalupe

Trabajador del Frigorífico Guadalupe
Juan Carlos Hurtado Fonseca


El consumo de alcohol, el parentesco entre trabajadores, y acusaciones de robo, son argumentos que el Frigorífico implementa para echar a sus trabajadores, sin que los acusados puedan ejercer ninguna defensa.



Tres normas impuestas por el Frigorífico Guadalupe de Bogotá, tienen preocupados a los trabajadores porque según ellos son violatorias de algunos derechos como el debido proceso.


La primera de ellas fue implantada hace algunos meses y es el despido inmediato de trabajadores a quienes se les detecte cualquier grado de alcohol, acción que ya cobró el puesto de varios obreros.


Según el presidente de Sintrafig, Nelson Morales: “El desacuerdo que tenemos con la empresa es que cuando implementó el reglamento no estableció políticas de prevención. Nosotros lo que queremos es que haya políticas para que los trabajadores que tengan problemas de alcoholismo se rehabiliten, que no sea un despido de una vez, sino que tengan una segunda oportunidad. Esto nos ha llevado al despido de compañeros que llevan mucho tiempo en la empresa, incluso uno que llevaba 32 años, y consideramos que no es justo ya que antes de implementar el reglamento la empresa nos suministraba el alcohol”.


Según los trabajadores, era costumbre que después de las faenas de los animales de sacrificio, especialmente los 8 y 24 de diciembre y los viernes santos, el frigorífico les suministrara bebidas alcohólicas, por lo que la medida es algo contradictoria.


“Ahora la empresa cambia todo, en vez de dar la cerveza implementa unas políticas de prohibición y eso lleva a despidos, nosotros pedimos que los compañeros que tienen una adicción se puedan rehabilitar, que se sancione pero no que se dé el despido de una vez. De los compañeros con problemas de alcohol se fueron entre 15 y 20. A unos les dieron la oportunidad de no echarlos pero que renunciaran y eso les daban unos pesos y firmaban la renuncia. Ha habido entre 10 y 12 despedidos”, explica el dirigente del sindicato que cuenta con 220 de los 270 trabajadores de planta.


Familiares y robos


El segundo conflicto con las normas de la empresa, inició cuando desde el año 2007 hicieron firmar a los nuevos trabajadores un documento que consiste en que no pueden trabajar personas con algún grado de parentesco, en esa empresa ni las del mismo grupo empresarial. El afán de adquirir el empleo hizo que los trabajadores no leyeran bien el documento y nueve años después empezaron a hacerlo valer.


“Consideramos que eso está fuera de la ley porque violaría el derecho al trabajo, nosotros averiguamos eso en el Ministerio del Trabajo y nos dijeron que era ilegal, pero la empresa ya llamó a descargos a unos compañeros para despedirlos por justa causa, argumentando el grado de consanguinidad. 23 compañeros están afectados con esta situación. Se hizo a principio de año, no los han despedido por la acción que hicimos de averiguar, eso está quieto pero tampoco se ha resuelto. No sabemos qué va a pasar con los compañeros”.


Y, el tercer problema, es que en mayo pasado fueron despedidos dos trabajadores acusados de robo: “Eso fue, según ellos con justa causa, pero hasta hoy no conocemos las pruebas, yo como representante legal del sindicato pasé un derecho de petición después que los despidieron pidiendo que se me mostrara la prueba, la negaron y dicen que las muestran ante un juez. Esto produjo reacciones entre los trabajadores ya que dicen que no hay garantías para trabajar”, explica Nelson Morales.


Los trabajadores esperan claridad en la aplicación de las medidas porque temen que puedan ser usadas para perseguir a los sindicalizados.




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