Juventud Rebelde -JR- denuncia ante la opinión pública los acontecimientos que se han venido presentando contra integrantes de Federación de Estudiantes Universitarios -FEU-, la Federación de Estudiantes de Secundaria -FES- y JR Magdalena Medio:
Alexander Zapata, estudiante del colegio CASD e integrante de FES en Barrancabermeja, fue abordado en la comuna 1 de dicha ciudad y recibió amenazas en repetidas ocasiones cuando le dijeron directamente “Aléjese de esas vainas en las que anda, si no aténgase a lo que le pase, pichón de guerrillero, no busque que le pase algo a usted o a su familia, váyase guerrillero”.
Por su parte, Luz Enith, quien también pertenece a la FES en el municipio Yondó, ha sido víctima de seguimientos desde el martes 25 de octubre del presente año. Saliendo de su colegio, dos hombres armados la siguieron hasta su casa. Estos hombres la han seguido en varias ocasiones y se la pasan merodeando por los alrededores de su casa. El 26 de octubre la siguieron desde su casa hasta el hospital municipal, generando en ella pánico.
María Fernanda Quiñones, estudiante de Trabajo Social del Instituto Universitario de la Paz e integrante de la FEU, recibió amenazas de muerte el 27 de octubre sobre las 7:00 de la noche cuando la madre de ella contestó una llamada en la que le manifestaron que le tenían un mensaje para María Fernanda y su familia: “Mamá de la guerrillera, si su hija no se retira de la organización de la que hace parte, se la enviamos picada en una caja”. Luego recibió varios insultos por el mismo medio.
En días pasados se interpuso la denuncia en la Fiscalía General por las amenazas que recibió Melkin Castrillón, secretario nacional de DDHH de Juventud Rebelde.
En algunos barrios del puerto petrolero se han visto acciones de reorganización y fortalecimiento de grupos paramilitares quienes han amenazado, intimidado y generado zozobra en las calles de la ciudad. Han dejado a su paso en las paredes letreros en los que se identifican como A.U.C., pero preocupa aún más que ya se ven jóvenes y menores de edad armados en las esquinas de estos barrios con la complacencia de la Policía que al percatarse de tales hechos no toma ninguna acción, guardando un silencio cómplice.
Ante estos sucesos, bastante graves y preocupantes, se hace un llamado a las autoridades locales, regionales y nacionales para que se garanticen la vida y la integridad de los estudiantes mencionados y de todos los miembros de las organizaciones sociales que hacen trabajo político, organizativo por la paz. A la comunidad en general se le solicita estar alertas ante estas situaciones y brindar su solidaridad con los jóvenes quienes son la generación de la paz.
En tal sentido, como organización juvenil, se le exige al Gobierno Nacional y local generar condiciones de protección a las organizaciones sociales y sus militantes para seguir desarrollando el trabajo político en vía de construir una Colombia Nueva con una paz estable y duradera.
Finalmente, cabe mencionar que es un imperativo para la construcción de la paz el desmantelamiento de las estructuras paramilitares, causantes de desplazamiento, asesinatos y amenazas hacia los jóvenes. De ahí la exigencia categórica al Gobierno Nacional. También el llamado a la comunidad en general y a las diferentes organizaciones sociales para impedir el avance de los grupos paramilitares.
¡Nunca más jóvenes para la Guerra; nunca más guerra para la juventud!
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