Óscar Figueroa es hoy orgullo patrio luego de obtener el histórico triunfo para Colombia en los Juegos Olímpicos 2016. Lo que pocos conocen es que Óscar, al igual que millones de Colombianos, fue desplazado por la violencia que azotaba su municipio natal, Zaragoza, Antioquia, y que fue desangrado por Autodefensas Unidas de Colombia AUC en los años noventa.
Ante la barbarie de los paramilitares, la madre de Óscar tuvo que huir junto a sus 4 hijos a un barrio de invasión en Cartago, Valle. Luego llegaron a Tuluá donde viven actualmente.
Con esta presea, el hoy medallista olímpico cumplió su sueño y el de una madre que logró sacarlo adelante lavando ropa.
Este pesista no sólo le ganó la batalla a la violencia sino también a una lesión en la espalda que lo alejó de esta disciplina por el peligro que sufría de quedar cuadripléjico. Fue allí cuando se enfiló en el ejército, pero un año después decidió seguir luchando, pero no con armas, sino con sus pesas, su verdadera pasión.
Óscar Figueroa, se convierte hoy en un ejemplo de vida porque logró sobrevivir a la violencia paramilitar y convertirse en doble campeón mundial y doble medallista olímpico con la presea de plata obtenida en Londres 2012 y la tercera presea dorada en la historia de Colombia en estos Juegos Olímpicos 2016.
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