sábado, 29 de octubre de 2016

Un nuevo asalto al bolsillo, especialmente de los más pobres (Escatológico)

 
Alfredo Valdivieso


El pasado jueves 27 de octubre tuvo lugar en Bucaramanga una manifestación de repudio al aumento de las tarifas de los servicios de acueducto y alcantarillado, que van a impactar también al de basura; pero lo más importante es que participaron los más connotados dirigentes de las juntas comunales y de las JAL de Bucaramanga, quienes durante muchos años, por ser beneficiarios de algunas míseras gabelas, se habían abstenido de protestar.



¿De dónde parte el problema que enardeció a algunos sectores, y llevó a los líderes comunitarios a protestar? ¡De un atropello que todos los habitantes de Bucaramanga, Girón y Piedecuesta (tres de los cuatro municipios del área metropolitana) comenzarán a sentir desde la próxima facturación de agua y saneamiento básico! Y es que la junta directiva de la Empas (Empresa de Alcantarillados de “Santander”) pidió, “justificadamente” que la CRA (comisión de regulación de agua y saneamiento, entidad neoliberal creada a raíz de la Constitución, y de la ley 142 de 1994) les autorizara un “módico aumento” de tarifas del 50%; a lo que ni corta ni perezosa accedió la CRA. Y la empresa del acueducto, el AMB (sigla del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga, que los neoliberales directores se empecinan en denominar “amb”) pidió, y le fue autorizada, un alza del 18%.


Pero ese no es el cuento de fondo, pese a que se llegará contra los bolsillos de los más pobres con puñaleta. El lío es que en esos municipios los habitantes de estrato 2, pagamos por “manejo de aguas servidas” –es decir residuales– un 70% en comparación con el precio de acueducto; y el estrato 1, paga el 82%. Y ¿qué es el servicio de alcantarillado, qué ‘valor agregado’ tiene? ¡Ninguno! Las aguas que tiramos a la cañería, desde el sur hasta el norte de Bucaramanga, la mayoría de Floridablanca y la totalidad de Girón, se echan directas, con mierda y todo, a los lechos de los ríos, el de Oro y el Frío. Hay una PTAR (planta de tratamiento de aguas residuales) en el Valle de Río Frío –más vuelta mierda que la que recibe –y más adelante contamos por qué– y pare de contar.


¿Y de dónde parte el mierdero? De que el 16 de octubre de 2006, unos aviones de mierda (entre ellos un exgobernador y un “honorable” representante a la Cámara) asaltaron una sentencia del Consejo de Estado crearon, con escritura pública, como entidad por acciones –es decir de derecho privado– la Empas. ¿Y qué es esa mierda? La traslación del manejo que hacía de los alcantarillados de los municipios señalados –y de Piedecuesta, el otro municipio del área metropolitana– la CDMB (Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga–. Es decir un típico acto filibustero.


Si me alcanza el papel, les termino el cuento. Cuando la CDMB se creó, no como “corporación autónoma” (engendro neoliberal de la ley 99 de 1993) sino como entidad para combatir y controlar a erosión de la meseta, se dio a una tarea esencial, que alcanzó cuando la izquierda



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