LOS ZARPAZOS DEL RÉGIMEN EN SUS ESTERTORES
Por Luis Alfonso Mena S.
A cuatro días de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia, el régimen de Iván Duque lanza sus últimos y desesperados zarpazos, como monstruo herido, orientados a generar terror y desconfianza en la población, ante su inminente e inevitable derrota el 19 de junio con su impresentable candidato, Rodolfo Hernández, el imputado mandadero del innombrable.
En sus resuellos estertóreos, el gobierno uribista de Iván Duque actúa en varios frentes para tratar de salvar a su patético aspirante presidencial de la derrota que el pueblo le infligirá el domingo próximo, la misma que significará el fin del régimen de corrupción y masacres que ha imperado en el país en los últimos cuatro años.
En la tarde del martes 14 de junio el agonizante gobierno puso al registrador, Alexander Vega, a cerrar las puertas de la auditoría del sistema electoral reclamada con todo derecho y pertinencia por el Pacto Histórico.
De esta forma, el pusilánime funcionario cumplía órdenes de la Casa de Nariño, con el único fin de que sus artimañas electrónicas destinadas a torcer los resultados del domingo en favor de Hernández no sean descubiertas.
Y, pletórico de arrogancia, Vega se dirigió solo a Gustavo Petro para exigirle, con el mayor cinismo, “que respete” los resultados del domingo, como si ya el registrador y su gobierno los conocieran, porque juran que van a poder hacer lo mismo que realizaron el 19 de abril de 1970.
Recordemos que aquel nefasto día, en el gobierno del liberal Carlos Lleras Restrepo, le robaron las elecciones al líder de la Alianza Nacional Popular, Anapo, Gustavo Rojas Pinilla, y le entregaron la Presidencia, de manera fraudulenta, al conservador Misael Pastrana Borrero, padre de Andrés Pastrana Arango, actual peón del uribismo más godo y recalcitrante.
Casi simultáneamente con la maniobra del registrador del gobierno, acomodado ahora para que la ultraderecha no pida su cabeza otra vez, como sucedió luego del 13 de marzo, en la madrugada de este miércoles 15 de junio el régimen abrió su segundo frente de ataques.
En efecto, puso al servicio de sus fines oscurantistas a la Policía y a la Fiscalía para realizar decenas de allanamientos y detener a por lo menos 20 jóvenes integrantes de las resistencias populares, a los cuales presentó como “organizadores de actos vandálicos” y les endilgó una larga lista de absurdos presuntos delitos, que ni los perpetradores de las detenciones se los creen.
Los allanamientos de hogares y las detenciones de muchachos fueron realizados de manera sincronizada en Cali, capital de la resistencia y una de las ciudades con mayor votación por Petro, y en Bucaramanga, la ciudad del candidato del régimen. Diez personas fueron detenidas en cada una de ellas, y están siendo judicializadas.
Los detenidos en Cali son Anderson Cifuentes, Rolando Quintero, Alejandro Blandón, Jhon Alejandro Hernández, Wilson Stiven Murillo, Yeison Giner Hernández Realpe, Jhon Ricardo Bermeo Carabalí, Jofren Ordóñez Angulo y Diego Fernando Ángel Agudelo.
Además, en los últimos días se han conocido denuncias sobre amenazas contra la vida del líder social y juvenil Steeven Ospina, destacado defensor de derechos humanos de Siloé y demás barrios del sur occidente de Cali.
Estamos, pues, en presencia de una escalada de arbitrariedades típicas de un régimen dictatorial como el empotrado en el poder en nuestro país, que se resiste a desaparecer, como ocurrirá el domingo próximo, a pesar de los preparativos de trampa a cargo de quienes han mangoneado siempre el sistema electoral, y de la represión brutal, con la que buscan acallar a la juventud, principal víctima de este gobierno sangriento y protagonista de excepción del cambio que se avecina.
Con la certeza de que la victoria popular es inexorable, Gustavo Petro ha denunciado las maniobras dictatoriales del gobierno, ha llamado al régimen a que respete la voluntad popular y ha instado a sus millones de seguidores en todo el país a rechazar las provocaciones y a votar temprano y de manera multitudinaria el domingo próximo.
Con millones y millones de votos por Petro y Francia, el pueblo colombiano derrotará el fraude que preparan el gobierno uribista y sus aliados de la derecha enemiga de las transformaciones sociales.
Cali, miércoles 15 de junio de 2022.
PERIODISMO LIBRE.
En la tarde del martes 14 de junio el agonizante gobierno puso al registrador, Alexander Vega, a cerrar las puertas de la auditoría del sistema electoral reclamada con todo derecho y pertinencia por el Pacto Histórico.
De esta forma, el pusilánime funcionario cumplía órdenes de la Casa de Nariño, con el único fin de que sus artimañas electrónicas destinadas a torcer los resultados del domingo en favor de Hernández no sean descubiertas.
Y, pletórico de arrogancia, Vega se dirigió solo a Gustavo Petro para exigirle, con el mayor cinismo, “que respete” los resultados del domingo, como si ya el registrador y su gobierno los conocieran, porque juran que van a poder hacer lo mismo que realizaron el 19 de abril de 1970.
Recordemos que aquel nefasto día, en el gobierno del liberal Carlos Lleras Restrepo, le robaron las elecciones al líder de la Alianza Nacional Popular, Anapo, Gustavo Rojas Pinilla, y le entregaron la Presidencia, de manera fraudulenta, al conservador Misael Pastrana Borrero, padre de Andrés Pastrana Arango, actual peón del uribismo más godo y recalcitrante.
Casi simultáneamente con la maniobra del registrador del gobierno, acomodado ahora para que la ultraderecha no pida su cabeza otra vez, como sucedió luego del 13 de marzo, en la madrugada de este miércoles 15 de junio el régimen abrió su segundo frente de ataques.
En efecto, puso al servicio de sus fines oscurantistas a la Policía y a la Fiscalía para realizar decenas de allanamientos y detener a por lo menos 20 jóvenes integrantes de las resistencias populares, a los cuales presentó como “organizadores de actos vandálicos” y les endilgó una larga lista de absurdos presuntos delitos, que ni los perpetradores de las detenciones se los creen.
Los allanamientos de hogares y las detenciones de muchachos fueron realizados de manera sincronizada en Cali, capital de la resistencia y una de las ciudades con mayor votación por Petro, y en Bucaramanga, la ciudad del candidato del régimen. Diez personas fueron detenidas en cada una de ellas, y están siendo judicializadas.
Los detenidos en Cali son Anderson Cifuentes, Rolando Quintero, Alejandro Blandón, Jhon Alejandro Hernández, Wilson Stiven Murillo, Yeison Giner Hernández Realpe, Jhon Ricardo Bermeo Carabalí, Jofren Ordóñez Angulo y Diego Fernando Ángel Agudelo.
Además, en los últimos días se han conocido denuncias sobre amenazas contra la vida del líder social y juvenil Steeven Ospina, destacado defensor de derechos humanos de Siloé y demás barrios del sur occidente de Cali.
Estamos, pues, en presencia de una escalada de arbitrariedades típicas de un régimen dictatorial como el empotrado en el poder en nuestro país, que se resiste a desaparecer, como ocurrirá el domingo próximo, a pesar de los preparativos de trampa a cargo de quienes han mangoneado siempre el sistema electoral, y de la represión brutal, con la que buscan acallar a la juventud, principal víctima de este gobierno sangriento y protagonista de excepción del cambio que se avecina.
Con la certeza de que la victoria popular es inexorable, Gustavo Petro ha denunciado las maniobras dictatoriales del gobierno, ha llamado al régimen a que respete la voluntad popular y ha instado a sus millones de seguidores en todo el país a rechazar las provocaciones y a votar temprano y de manera multitudinaria el domingo próximo.
Con millones y millones de votos por Petro y Francia, el pueblo colombiano derrotará el fraude que preparan el gobierno uribista y sus aliados de la derecha enemiga de las transformaciones sociales.
Cali, miércoles 15 de junio de 2022.
PERIODISMO LIBRE.
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