viernes, 10 de junio de 2022

Misión para el campo colombiano


 Por Guillermo Pérez La Rotta

En el año 2014 el economista José Antonio Ocampo presentó un documento titulado “Misión para la transformación del campo”, que diagnosticaba la situación de la ruralidad colombiana y los retos para el futuro, de acuerdo a una tarea que le encomendó la administración de Juan Manuel Santos. Ocampo presidió un equipo de personas que realizó dicho trabajo. Algunas de las ideas sobresalientes de aquel documento, respecto del diagnóstico son las siguientes, y yo las consigno de forma sumaria:  

1 La excesiva concentración de la tierra ha sido fuente de constantes conflictos, muchos de ellos asociados a la expansión caótica de la frontera agrícola. Y yo agrego que este último aspecto ha sido analizado con rigor por Alejandro Reyes Posada, mostrando la destrucción de selvas, la utilización, por parte de grandes poderes económicos, de colonos pobres para tumbar el bosque, y luego comprar la tierra para introducir ganadería extensiva.

2 La participación del sector agropecuario respecto de su aporte al PIB, ha sido decepcionante en los últimos veinticinco años (o sea, desde el año 2014 hacia atrás), lo cual implicó que la correlación progresiva y creciente entre el agro y la economía en general, se rompió después de la apertura económica. La apertura afectó seriamente los cultivos de cereales y oleaginosas de ciclo corto, generando una reducción de áreas sembradas en la década de 1990, así como una expansión de la ganadería. Hubo un relativo crecimiento de siembra de palma africana, azúcar, frutales y hortalizas a partir de 2003, pero sin superar los niveles de comienzos de 1990.
 
Yo añado que según un informe periodístico del diario El Tiempo, publicado en julio 16 de 2019,  había una lista de cultivos tradicionales  en riesgo de desaparecer: cebada, sorgo, trigo, maní, algodón, tabaco, papas nativas, frutales (anón,  granadilla,  papayuela, piñuela,  lima dulce,  guama, entre otros), y todo por falta de apoyo a los cultivadores y la migración del campo a las ciudades.

3 Muchos asalariados del campo carecen de mecanismos de protección social frente a sus congéneres de los sectores urbanos. Sobresalen prácticas informales de trabajo, y casi no existe el sistema pensional, o tiene un desarrollo precario. Además persisten serios problemas de educación básica y rezago escolar. Las cifras agregadas reflejan según Ocampo, pobreza extrema y multidimensional.

4 El uso del suelo no corresponde siempre con su vocación, y hay muchos terrenos planos con vocación agrícola que se dedican a la ganadería extensiva, en tanto que la agricultura familiar con vocación agrícola se realiza en laderas, en condiciones desafiantes para su desarrollo y sostenibilidad económica y ambiental.

5 Hay un conflicto creciente en el uso del agua  y la tierra en relación con actividades mineras, y serios problemas asociados a la ocupación de humedales, así como insuficiente regulación de corrientes de agua que generan problemas de inundaciones en épocas de invierno.  

6 El deterioro del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, y de sus instituciones adscritas, es preocupante, y no se ha logrado revertir, afirmaba Ocampo, pese a los relativos avances durante el primer gobierno de Santos. Fue devastador el desmantelamiento de la red institucional  alterna al ministerio. Corpoica estuvo a punto de desaparecer, a Finagro se le  dieron funciones que no corresponden con su misión. El Banco Agrario abandonó la función de captar ahorro rural, y de captar recursos para fomento del sector. Unificar varias funciones de instituciones adscritas al ministerio en el Incoder, fue un fracaso. El sistema “Agro Ingreso Seguro” fue un fracaso. Se requiere desarrollo campesino de agricultura familiar bajo el liderazgo del Estado y  de la sociedad civil.

Ocampo proponía cinco áreas estratégicas para el cambio:

A)    Cierre del déficit y de las brechas sociales, con dotación de bienes de interés social como alimentación, educación, vivienda, protección social  y agua.

B)    Estrategia de inclusión productiva para que pequeños productores accedan a recursos productivos  y se integren a la cadena de producción y comercialización.

C)    Desarrollo de una ruralidad competitiva con innovación  tecnológica,  transporte, energía, tics, adecuación de tierras y protección de derechos de propiedad.

D)    Desarrollo ambientalmente sostenible que busque mejorar biodiversidad, riqueza forestal  y aguas.

E)    Reforma institucional profunda de todas las instituciones públicas, en todos sus niveles, y fortalecimiento de la sociedad civil.

Apreciados lectores, saquen sus conclusiones. Yo por ahora yo pregunto ¿El señor Ocampo es un comunista? El gobierno Duque propuso que en diez años debería darse cero deforestación. ¿Cómo les parece ese despropósito de esperar diez años para ello?

Foto: Dignidad Agropecuaria Colombiana

No hay comentarios:

Publicar un comentario