EL No triunfó y con él las mentiras que acompañaron las campañas en cabeza del Centro Democrático para promoverlo. Desde el momento en que el plebiscito fue aprobado por la Corte Constitucional el uribismo acudió a todo tipo de artimañas para ganar su batalla en contra de la paz en las que lo falaz reinó. Aunque en distintas oportunidades los jefes negociadores trataron de desvirtuar con los mitos del uribismo, la ingenuidad de los incautos fue más fuerte. Entre los engaños, que no se encuentran en ninguna de las 297 páginas del Acuerdo, estaban.
Finalmente las consecuencias de estas mentiras se vieron reflejadas en los resultados del plebiscito, el cual afectará principalmente a las víctimas que desde el inicio de los Diálogos de La Habana le apostaron todo a la búsqueda de la paz.
Aunque las mentiras del No derrotaron las miles de razones que existen en Colombia para acabar la guerra, los promotores del Sí están dispuestos a seguir luchando por alcanzar la paz.
Pese a la tristeza que hoy embarga a quienes durante 4 años soñaron con la posibilidad de, por primera vez en la historia, empezar a construir una Colombia distinta, las víctimas siguen dando un ejemplo de perdón y esperanza para seguir luchando por un mejor país para las futuras generaciones.
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