Corresponde al Presidente electo, Gustavo Petro Urrego, en su condición de primer mandatario, invitar a su posesión a los Jefes de Estado de las naciones relacionadas con su política internacional.
Se plantea, como punto de inflexión, la invitación a Nicolás Maduro Moros, en su condición de Presidente de la hermana República Bolivariana de Venezuela, al acto protocolar de asunción de la función del primer mandatario colombiano.
Ha manifestado el Presiente saliente, Iván Duque, que no permitirá el ingreso al territorio nacional a la delegación venezolana, encabezada por el primer mandatario de la Nación vecina.
Conviene acudir a la Constitución Política de Colombia, en su artículo 189 numeral 2, que atribuye al Presidente de la República, la conducción de las relaciones internacionales, para orientarnos quién ordena y hasta cuándo.
Con la elección de Gustavo Petro, el pueblo colombiano derrotó la política de ruptura de relaciones en la que nos embarcó Duque, cuando matriculó a Colombia en la primera línea contra la hermana República Bolivariana de Venezuela, la de Chávez y Maduro, siguiendo la directriz trazada por el gobierno desde los EEUU.
Recordemos que Duque arrancó su gobierno con el provocador concierto musical en la frontera colombo - venezolana, pagando a los artistas más connotados del país, toda una parafernalia demagógica contra la nación vecina.
Pero fue más allá, al prestar el territorio nacional para la instalación de más de 8 bases militares del ejército de los EEUU; cerrar los 2.230 kilometros de mano frontera; y terminar afiliando a Colombia a la OTAN, toda una afrenta guerrerista contra quienes compartimos historia y propósitos comunes.
Duque respaldó al impostor, llamado “presidente” Guaidó - y a su cuadrilla-, conducta que facilitó el saqueo de la empresa Monómeros, ubicada en Barranquilla, sustrayéndola de la posibilidad de ampliarse al mercado agroalimentario mundial, en medio de la crisis creada por la guerra Ruso-Ucraniana, prefiriendo llevar abonos a los cultivos ilícitos ubicados en el sur occidente de Colombia.
Petro ha mostrado humildad y generosidad, lo cual no puede confundirse con claudicación prematura, ante la alevosa conducta del Presidente Duque, quien actúa como vocero de la derecha derrotada el 19 de junio pasado por la votación más alta de la historia electoral colombiana.
Si es preciso aguardar hasta el último minuto la posesión de Petro a fin de demarcar el corte del gobierno saliente y el entrante, no hay problema, esperemos que desocupe Duque la casa que ya le es ajena.
Las delegaciones internacionales pueden ser atendidas conforme a un protocolo precedido de la posesión del Presidente de la República ante el Congreso de la República, con los respectivos discursos de los representantes de ambos poderes públicos, el Legislativo, instalado desde el 20 de julio, y el del Presidente Gustavo Petro Urrego, ese 7 de agosto
Luego se dará la ceremonia ante la Comunidad Internacional, a posteriori, en la Plaza de Bolivar, con los Jefes de Estado, y los invitados.
Ya habrán pasado más de 2 horas, tiempo suficiente para que el Presidente Gustavo Petro Urrego, imparta la orden de ingreso al territorio nacional del Presidente de Venezuela Nicolás Petro Moros.
Duque se despide solitario; ya no habrá conjunto vallenato tocando como cuando ingreso hace 4 años.
Poncho le dejará oir desde la plaza de Bolívar: “¡Se voltió la arepa..!”
Se plantea, como punto de inflexión, la invitación a Nicolás Maduro Moros, en su condición de Presidente de la hermana República Bolivariana de Venezuela, al acto protocolar de asunción de la función del primer mandatario colombiano.
Ha manifestado el Presiente saliente, Iván Duque, que no permitirá el ingreso al territorio nacional a la delegación venezolana, encabezada por el primer mandatario de la Nación vecina.
Conviene acudir a la Constitución Política de Colombia, en su artículo 189 numeral 2, que atribuye al Presidente de la República, la conducción de las relaciones internacionales, para orientarnos quién ordena y hasta cuándo.
Con la elección de Gustavo Petro, el pueblo colombiano derrotó la política de ruptura de relaciones en la que nos embarcó Duque, cuando matriculó a Colombia en la primera línea contra la hermana República Bolivariana de Venezuela, la de Chávez y Maduro, siguiendo la directriz trazada por el gobierno desde los EEUU.
Recordemos que Duque arrancó su gobierno con el provocador concierto musical en la frontera colombo - venezolana, pagando a los artistas más connotados del país, toda una parafernalia demagógica contra la nación vecina.
Pero fue más allá, al prestar el territorio nacional para la instalación de más de 8 bases militares del ejército de los EEUU; cerrar los 2.230 kilometros de mano frontera; y terminar afiliando a Colombia a la OTAN, toda una afrenta guerrerista contra quienes compartimos historia y propósitos comunes.
Duque respaldó al impostor, llamado “presidente” Guaidó - y a su cuadrilla-, conducta que facilitó el saqueo de la empresa Monómeros, ubicada en Barranquilla, sustrayéndola de la posibilidad de ampliarse al mercado agroalimentario mundial, en medio de la crisis creada por la guerra Ruso-Ucraniana, prefiriendo llevar abonos a los cultivos ilícitos ubicados en el sur occidente de Colombia.
Petro ha mostrado humildad y generosidad, lo cual no puede confundirse con claudicación prematura, ante la alevosa conducta del Presidente Duque, quien actúa como vocero de la derecha derrotada el 19 de junio pasado por la votación más alta de la historia electoral colombiana.
Si es preciso aguardar hasta el último minuto la posesión de Petro a fin de demarcar el corte del gobierno saliente y el entrante, no hay problema, esperemos que desocupe Duque la casa que ya le es ajena.
Las delegaciones internacionales pueden ser atendidas conforme a un protocolo precedido de la posesión del Presidente de la República ante el Congreso de la República, con los respectivos discursos de los representantes de ambos poderes públicos, el Legislativo, instalado desde el 20 de julio, y el del Presidente Gustavo Petro Urrego, ese 7 de agosto
Luego se dará la ceremonia ante la Comunidad Internacional, a posteriori, en la Plaza de Bolivar, con los Jefes de Estado, y los invitados.
Ya habrán pasado más de 2 horas, tiempo suficiente para que el Presidente Gustavo Petro Urrego, imparta la orden de ingreso al territorio nacional del Presidente de Venezuela Nicolás Petro Moros.
Duque se despide solitario; ya no habrá conjunto vallenato tocando como cuando ingreso hace 4 años.
Poncho le dejará oir desde la plaza de Bolívar: “¡Se voltió la arepa..!”
Fuente Diario la Libertad
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